Este año ha llegado a mí el tema del diseño y género a través de la invitación a participar como investigadora en dos proyectos distintos en los que se pretende rescatar, resaltar y difundir el trabajo de mujeres diseñadoras latinoamericanas.
Pues, debo comentar que mi acercamiento a este tema ha sido totalmente empírico y con una pizca de recelo, porque tengo la percepción, mi opinión personalísima, de que al hablar de género, la mujer se autodiscrimina en cierta forma, además de que esta materia pareciera anotarse en el terreno feminista que no me simpatiza tanto. En mi caso, disfruto un montón trabajar porque hago lo que me gusta y no me concibo sin producir o sin salir a competir en el campo laboral, pero mi cara oculta tiene una Susanita robusta: resulta que amo mis roles femeninos tradicionales como amantísima esposa y mamá que organiza piñatas y prepara la lonchera.
Sin embargo, he disfrutado un montón el averiguar la "vida y obra" de algunas diseñadoras venezolanas, tres pioneras, Soledad Mendoza, Karmele Leizaola (diseño de la información) y Gego (diseño industrial), y de otras tantas jóvenes, en plenitud creativa.
Paralelamente, gracias a este trabajo le he puesto atención a la presencia global de mujeres diseñadoras. Muy pocos nombres femeninos se consiguen en libros, catálogos, eventos sobre diseño gráfico e industrial, e incluso en internet, ¿cuál será la razón? se habla de una discriminación histórica. En particular pienso que influye la formación y el proceso de socialización. Las mujeres tendemos a actuar "indoor", mientras que los hombres, más agresivos y competitivos en el área profesional, se reflejan "outdoor".
En este andar con los ojos bien abiertos "pescando diseñadoras" hallé una reseña sobre Paul Beaujon, seudónimo de Beatrice (Becker) Warde, quien dejó una profunda huella en el campo del diseño tipográfico. Beatrice era estadounidense, pero se instaló en Londres y allí comprendió que el campo de la tipografía y la impresión pertenecía a los hombres. Quizás por ello firmaba como Paul Beaujon.
Desde hace años he asignado como trabajo final para la materia Historia del Diseño, realizar una entrevista a diseñadores de mediana y larga trayectoria profesional, hombres y mujeres cuyo quehacer haya sido reseñado en la bibliografía sobre nuestro diseño.
En las entrevistas que aplicaron mis estudiantes se incluye una pregunta sobre la participación de los consultados en gremios, proyectos, eventos, concursos nacionales internacionales.
Me ha resultado curioso al comparar las respuestas, que las mujeres admiten no estar pendiente de eso o indicaron que lo tienen como tarea. Sin embargo, se sienten satisfechas con lo que hacen y están seguras de sus aptitudes para el diseño.
En cambio los hombres suelen ser asociativos, tienden a medirse en concursos, y de exhibir su trabajo públicamente.
Puede ser que más adelante continúe escribiendo reflexiones sobre este tópico, pero seguro compartiré las historias de nuestras diseñadoras, como la de Karmele Leizaola, recientemente homenajeada por la Cadena Capriles por su aporte al diseño de la información y de quien coloco la imagen de una página diagramada por ella para el desaparecido diario Economía Hoy ,cedida gentilmente por una de sus discípulas, Carmen Riera.
Pues, debo comentar que mi acercamiento a este tema ha sido totalmente empírico y con una pizca de recelo, porque tengo la percepción, mi opinión personalísima, de que al hablar de género, la mujer se autodiscrimina en cierta forma, además de que esta materia pareciera anotarse en el terreno feminista que no me simpatiza tanto. En mi caso, disfruto un montón trabajar porque hago lo que me gusta y no me concibo sin producir o sin salir a competir en el campo laboral, pero mi cara oculta tiene una Susanita robusta: resulta que amo mis roles femeninos tradicionales como amantísima esposa y mamá que organiza piñatas y prepara la lonchera.
Sin embargo, he disfrutado un montón el averiguar la "vida y obra" de algunas diseñadoras venezolanas, tres pioneras, Soledad Mendoza, Karmele Leizaola (diseño de la información) y Gego (diseño industrial), y de otras tantas jóvenes, en plenitud creativa.
Paralelamente, gracias a este trabajo le he puesto atención a la presencia global de mujeres diseñadoras. Muy pocos nombres femeninos se consiguen en libros, catálogos, eventos sobre diseño gráfico e industrial, e incluso en internet, ¿cuál será la razón? se habla de una discriminación histórica. En particular pienso que influye la formación y el proceso de socialización. Las mujeres tendemos a actuar "indoor", mientras que los hombres, más agresivos y competitivos en el área profesional, se reflejan "outdoor".
En este andar con los ojos bien abiertos "pescando diseñadoras" hallé una reseña sobre Paul Beaujon, seudónimo de Beatrice (Becker) Warde, quien dejó una profunda huella en el campo del diseño tipográfico. Beatrice era estadounidense, pero se instaló en Londres y allí comprendió que el campo de la tipografía y la impresión pertenecía a los hombres. Quizás por ello firmaba como Paul Beaujon.
Desde hace años he asignado como trabajo final para la materia Historia del Diseño, realizar una entrevista a diseñadores de mediana y larga trayectoria profesional, hombres y mujeres cuyo quehacer haya sido reseñado en la bibliografía sobre nuestro diseño.
En las entrevistas que aplicaron mis estudiantes se incluye una pregunta sobre la participación de los consultados en gremios, proyectos, eventos, concursos nacionales internacionales.
Me ha resultado curioso al comparar las respuestas, que las mujeres admiten no estar pendiente de eso o indicaron que lo tienen como tarea. Sin embargo, se sienten satisfechas con lo que hacen y están seguras de sus aptitudes para el diseño.
En cambio los hombres suelen ser asociativos, tienden a medirse en concursos, y de exhibir su trabajo públicamente.
Puede ser que más adelante continúe escribiendo reflexiones sobre este tópico, pero seguro compartiré las historias de nuestras diseñadoras, como la de Karmele Leizaola, recientemente homenajeada por la Cadena Capriles por su aporte al diseño de la información y de quien coloco la imagen de una página diagramada por ella para el desaparecido diario Economía Hoy ,cedida gentilmente por una de sus discípulas, Carmen Riera.