UN ZOOLÓGICO PARA SENTARSE


Una diseñadora industrial y una profesional de la hotelería se unieron para crear Boing Puffs. Estos originales asientos son una opción para las habitaciones de los niños.


Simpáticos y coloridos. Originales. Estos tres adjetivos son más que apropiados para definir la línea Zoo de la microempresa merideña Boing Puffs, fundada en febrero del 2007 por las diseñadoras industriales Luisa Sivoli y Sofía Ball, ambas egresadas de la Universidad de Los Andes.

A los dos años de la creación de la empresa, las socias se separaron de mutuo acuerdo y Sivoli quedó a cargo del negocio hasta que se le unió Marinela Pérez Mora, quien es profesional en el área de la hotelería. Su experiencia ha enriquecido el trabajo de Boing, porque ha incorporado el manejo administrativo y una visión objetiva del mercado.


Animalitos personalizados
Una serie de cuatro puffs con forma de animales integran el catálogo de la línea infantil Zoo. El primer modelo fue la tortuga, cuyos patrones fueron trazados con el programa Illustrator. “Comenzamos concibiendo el cuerpo y las patas, luego nos dedicamos al caparazón, que se desprende”, explica Sivoli.

Al galápago se le suman otros tres modelos: la jirafa, la vaca y el cocodrilo. En ellos sobresalen las líneas orgánicas y los colores vivos.

El proceso de diseño para llegar a resultados zoomorfos en un objeto blando, como lo es un puff, es complejo. El primer paso es el boceteo, luego vienen los patrones. Sivoli reconoce que si bien los conocimientos obtenidos en la escuela de diseño industrial le dieron la metodología para crear un producto, las nociones de patronaje las adquirió en el camino, de la mano de su costurero, quien también la asesora con frecuencia en la selección de las telas.

Con estos conocimientos se arma el primer prototipo. La experiencia obtenida durante estos años indica que se requieren por lo menos tres para probar dimensiones, ergonomía, anatomía del producto y la resistencia del material.

En Boing no trabajan con stock, sino personalizadamente y cada cliente tienen la posibilidad de escoger los colores para su asiento. Las telas empleadas para los productos suelen variar debido a las dificultades actuales para la importación. Sin embargo, Luisa Sivoli asevera que ha logrado transformar esta limitación en fortaleza, ya que le ha enseñado cómo “adaptarse” a lo que le ofrecen los proveedores. En las series más recientes han empleado loneta impermeable.

El catálogo Zoo será enriquecido pronto con la incorporación del oso y el canguro, dos animales que seguramente gozarán de tanta aceptación como sus predecesores.

Indudablemente los productos de esta línea generan rápida empatía: provoca tenerlos en casa. Sivoli asegura que esto se debe a que se enmarcan en la tendencia del diseño emocional.

Casi todos los productos de Boing Puffs han probado suerte dentro y fuera de Mérida. Han estado en Caracas (El mercadito de la Plaza) y también en San Cristóbal. “Las experiencias en cada ciudad han sido diferentes, porque sus tendencias son distintas”, explica Luisa Sivoli, “En Caracas el público es muy exigente y en sus mercados de diseño abundan los accesorios. San Cristóbal es una plaza compleja, el público sólo tiende a comprar si conoce el producto, mientras que el comprador merideño tiende a buscar economía.

Además, otra característica es que por influencia de la Escuela de Diseño Industrial de la ULA, hay muchos objetos para el hogar producidos por los egresados”.

Orgullosas de pertenecer a la movida de los jóvenes diseñadores industriales merideños, Luisa Sivoli y Marinela Pérez Mora se han involucrado directamente en la promoción y comercialización, con la tienda Seria2 Diseño. En ella apoyan el quehacer de sus colegas, cada uno a su manera y estilo.

Para adultos
La creatividad de Boing también ha sido aplicada a los puffs para adultos, a través de los modelos Ocho, Flow y Nap, concebidos para lanzarse sobre ellos e incorporarse luego sin dificultad. Todos elaborados en cuero sintético.

Desde ya Luisa Sivoli anuncia que está desarrollando muebles rígidos de bajo costo de líneas orgánicas y fabricados en materiales reciclados. Una combinación de conciencia social y ambiental.


Fotos cortesía de Boing Puffs.
Vínculo emocional
Esta tendencia ha sido explicada ampliamente por el estadounidense Donald Norman en el libro Diseño emocional: por qué amamos los objetos cotidianos (publicado en español por la editorial Paidós). La premisa principal de esta obra es que no nos limitamos a usar un producto, sino que establecemos una relación emocional con él, por ello, además de su “funcionabilidad”, es importante que cause impacto estético.


Publicado el domingo 30 de enero de 2011 en el suplemento Espacios de El Nacional.