[24 al 29 de abril] Las primeras máquinas empleadas en el país para cancelar con tarjetas plásticas, fueron diseñadas por Kreanto de Venezuela.
Hay una diferencia elemental entre el diseño y el arte: la función. Mientras que el diseño gráfico actúa en diversas áreas prácticas de la comunicación, el diseño de productos se aboca a la configuración de los objetos que utilizamos cotidianamente. De ahí mi testarudez en evitar llamar "artista" al diseñador y la insistencia en corregir a quien así lo haga.
Con este tajante abreboca presento los primeros puntos de venta electrónicos de nuestro país, desarrollados por la empresa Guardián 24 con tecnología foránea. Sin embargo, los terminales (es decir, las "maquinitas"), fueron diseñados por Kreanto de Venezuela a principios de los años noventa.
Kreanto significa en esperanto "la creación", y fíjense que pese a la indudable esencia creativa del diseño industrial, lo usual es que se dedique a productos para nada artísticos, impulsando así la competitividad entre las empresas e impactando las costumbres de los usuarios. En este caso, a raíz de la implantación del punto de venta electrónico se transformaron los hábitos de compra-venta del venezolano.
Este estudio fue fundado por cuatro diseñadores industriales: Isaac Herranz y Giancarlo di Battista, egresados del Instituto Antonio José de Sucre, Leonardo Bonomie, graduado de la Universidad de La Plata (Argentina) y José Adán Niño, quien estudió en Canadá.
Bonomie, actual director del Centro de Diseño Industrial (CENDI) y docente de la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad de Los Andes, relata que inicialmente diseñaron un terminal de punto de venta electrónico para Maraven. Este se instalaría en las estaciones de servicio para que el consumidor pagara con tarjeta de crédito la gasolina. Su segunda experiencia fue el terminal de punto de venta electrónico para comercios, en el que se usaría por primera vez tarjeta de débito. Y como la historia del diseño se imbrica con el contexto en el que se desenvuelve, me parece oportuno mencionar que este producto fue introducido al país por el Banco Latino, el cual fue cerrado en 1994.
Como se puede apreciar en las imágenes, ambos artefactos eran unicolores, de líneas rectas, limpias y sencillas.
Kreanto nació en una época en la que había oportunidad de desarrollar productos para las PyMEs en Venezuela. Pasada la mitad de la década de los noventa, la crisis económica desplazó el trabajo hacia el diseño de interiores (principalmente remodelaciones), una labor poco atractiva para Leonardo Bonomie y sus socios, por eso bajaron la santamaría. En ese ínterin, las pequeñas y medianas compañías comenzaron a importar diseño, luego, pasarían a importar productos. Entonces dejaron de ser manufactureras para convertirse en comercializadoras, situación que se mantiene en el presente.
Kreanto: Terminal de punto de venta electrónico para tarjeta de crédito (Cortesía Leonardo Bonomie). |