Aunque no es diseño venezolano, vale la pena conocer los aportes de Jaime Gutiérrez Lega. Este post de excepción nace de una entrevsta que realicé en Bogotá a finales del año pasado.
El éxito de las sillas “Flotador” fue tal, que aparecieron retratadas en la primera plana de un diario de Medellín.
Cuenco. |
En los años cincuenta del siglo
XX, cuando el término “diseño industrial” todavía no aparecía en los
diccionarios, Jaime Gutiérrez Lega viajó a los Estados Unidos desde su Colombia
natal a estudiar artes plásticas. Era cierto que sentía atracción por la
expresión creativa, pero también tenía la inquietud de que su obra fuera útil en
su país, donde habían muchas necesidades por cubrir.
Un día vio salir de una clase a unos
estudiantes que llevaban en la mano “esculturitas” con forma de teléfono, todas
diferentes, pero con el mismo principio funcional. Preguntó de qué se trataba,
y le explicaron que se dedicaban a crear objetos útiles, pero con estética. En
ese momento Jaime se dio cuenta de que era exactamente lo que deseaba hacer, y
se cambió de carrera.
Inicios en la industria del mueble
“Cuando retorné, me puse a
investigar cuáles industrias aplicaban diseño en Colombia, y la decepción fue
total, porque habían solo dos: General Electric y Philips, y ninguna requería
diseñadores, porque todo lo traían de afuera”, recuerda don Jaime. “La única
industria donde podía enfocar mi profesión era en la del mueble”.
Existían pocas fábricas locales,
entre las que sobresalía Camacho Roldán, la cual se dedicaba a los muebles
clásicos. De esa época también se reconoce el aporte de Werner Biermann, quien
inició la producción en serie de muebles modernos con la marca Mini Max. En
Medellín, operaban Muebles Hermes y Muebles Toni. Esta última fue la que contrató
al joven santandereano.
El mueble en cuestión, Mambo. |
Estaban remodelando el Club de
Profesionales, y le encomendaron crear los asientos para el área de la piscina,
que aguantaran los rigores de la intemperie y el agua. Para ese proyecto ideó
la “Silla Flotador”, que consiste en una estructura de varilla metálica que
soporta un caucho de color brillante.
“Después de que nació el
concepto, fui a la Firestone a pedir
tres docenas de neumáticos coloreados. El dueño me explicó que eso no se podía
hacer, porque el caucho no agarraba pintura. Sin embargo, insistí hasta que el
hombre me dijo que hiciera un boceto, que él lo enviaría a la casa matriz en
Inglaterra”, relata Gutiérrez Lega. “Después de un tiempo me llamaron para que
buscara un paquete: habían mandado los 36 cauchos junto a una carta
felicitándome por la idea, pero regañándome porque había puesto a trabajar duro
al laboratorio”.
El éxito de las sillas “Flotador” fue tal, que aparecieron retratadas en la primera plana de un diario de Medellín.
En Bogotá
Con lo que ahorró se mudó a la
capital, donde lo primero que hizo fue diseñar los muebles para su apartamento
en hierro, armazón metálica y tapicería. El resultado fueron piezas de forma
orgánica, de aspecto novedoso para la época.
La fabricación corrió por cuenta
Santerini, que por falta de espacio iba sacando los muebles a su tienda, donde
llamaban la atención de los transeúntes. Como consecuencia, el dueño del
negocio propuso la sociedad a Jaime Gutiérrez Lega.
Durante los años sesenta pasó a
trabajar junto a Ernesto Vivas en Artecto y después en Ervico. Sus clientes
eran principalmente arquitectos, artistas y gente con gusto por el diseño de
estilo moderno, de construcción sencilla y líneas limpias. A nivel productivo,
el trabajo de Gutiérrez Lega se ha caracterizado por la estandarización y la
reducción de desperdicios, aspectos aprendidos en una especialización que
realizó en Finlandia.
Georgánica: diseñado y fabricado por Multiproyectos. |
El empresario
Cabina Burbuja. |
Jaime Gutiérrez Lega siempre fue
un emprendedor. Después de que se independizó de Ervico, instaló su estudio con
el que desarrolló diversidad de proyectos, entre los que se cuenta la cabina
para los teléfonos públicos “Burbuja”, en plástico transparente, que pobló las
calles durante muchos años. Este fue un contrato con Teléfonos de Bogotá ejecutado
con motivo de la visita del Papa en 1968.
Posteriormente se dirigió hacia
la industrialización de objetos y el diseño con criterio técnico. Introdujo la
fórmica y el concepto de “oficina abierta” en Colombia, llevando las líneas de
muebles Hermann Miller.
A raíz del trabajo con Hermann Miller, nació Multiproyectos, empresa que aún se dedica al diseño y fabricación de mobiliario modular para oficinas abiertas.
A raíz del trabajo con Hermann Miller, nació Multiproyectos, empresa que aún se dedica al diseño y fabricación de mobiliario modular para oficinas abiertas.
Mueble emblemático
La silla emblemática de Jaime
Gutiérrez Lega se llama “Ovejo”, un guiño a la identidad local, un recurso
inmediato.
Ovejo: comodidad e identidad. |
El diseñador cuenta: “Iba con
frecuencia a Villa de Leiva, donde vendían pieles de ovejo, tiras de cuero y
madera de eucalipto cortada para la leña. Esos materiales me pusieron a pensar
en este asiento perfecto para el descanso”.
“Ovejo” ha obtenido varios
premios y fue exportada con éxito.
Multiproyectos en Caracas
Los muebles de oficina de
Multiproyectos se pueden conseguir en Caracas a través del Grupo Vecta. Las
Líneas Elite, Sofía, Elemental y Advance Office han tenido éxito, según Alfredo
Coll, gerente del grupo, por “el buen diseño, versatilidad, aplicación de
tecnologías innovadoras, buena capacidad de respuesta y garantía”.
www.grupovecta.net | Email: grupovecta@gmail.com | Tlf.: 9850396
Publicado en Caracas el domingo 15 de enero de 2012 en el suplemento Espacios de El Nacional.