Easy Rocker. |
Entre las creaciones de Emile Vestuti destaca la mecedora “Easy Rocker”, considerada un clásico del diseño industrial venezolano.
En diversas publicaciones
dedicadas al diseño industrial venezolano se reconoce la mecedora “Easy Rocker”,
de Emile Vestuti, como un asiento paradigmático porque logró integrar
exitosamente el proceso del diseño a la artesanía tradicional larense. Este
prodigio fue posible gracias al apoyo de Casa Curuba, constituida por Don Bell
y Dennis Schmeichler para promover y comercializar lo mejor de la artesanía del
país.
Por esta razón es imposible
referirse a los muebles de Vestuti sin mencionar a Casa Curuba, que contaba con
un taller de carpintería en Quíbor y una tienda en Caracas, que
desafortunadamente fue clausurada hace más de un año.
La relación entre el
arquitecto y diseñador de origen estadounidense con Curuba comenzó en 1989.
Sobre este encuentro, Dennis Schmeichler relata: “Vestuti se acercó con su
portafolio, en el que resaltaban bocetos de muebles con marcada influencia de
su compatriota Frank Lloyd Wright, al
que admiraba por su filosofía en el diseño”.
El primer encargo que
realizó fue una “alpargatera” o exhibidor de alpargatas solicitada por Don
Bell, quien tenía la idea de mostrar lo mejor de este tipo de calzado típico en
la tienda. Para cumplir con ese objetivo Vestuti concibió una pieza elaborada
en madera y cobre, que Bell y Schmeichler recuerdan como una “obra maestra”.
Amor por las sillas
Si bien Emile Vestuti se
graduó de arquitecto en la Universidad de Yale y ejerció como tal, siempre
manifestó una abierta inclinación hacia el diseño de muebles. Su primera
experiencia en el área la obtuvo cuando se mudó por primera vez a Venezuela en
1949. En aquel momento fue contratado por la empresa Decodibo, donde durante un
año trabajó en la creación de sillas, mesas, gabinetes y camas.
Posteriormente se dedicó a
la arquitectura hasta que en 1960 se establece en Italia, donde se desempeña
como director técnico de la reconocida firma Knoll, enfocándose en el diseño,
supervisión de producción e instalación de mobiliario para espacios interiores.
Luego de esa experiencia
pasa nuevamente a la arquitectura hasta que a finales de los años ochenta inicia
sus nexos con Casa Curuba en Caracas, ciudad a la que retornó en 1975 para
quedarse definitivamente.
Mesa "Margarita" |
Cuenta Dagmar Peña, quien
acompañó a Vestuti en innumerables viajes de trabajo al taller quiboreño, que el
exterminio de su obra arquitectónica en nuestro país le produjo tal decepción
que terminó refugiándose en la creación de muebles.
Clásicos venezolanos
Discreto, sobrio y de
exquisito gusto, Emile Vestuti convirtió la tradicional silla de paleta larense
en un leitmotiv construido siempre en
maderas preciosas venezolanas.
Trío "Goldilocks" o "Mamá, Papá y Bebé". |
En 1989 lanza la familia de sillas “Goldilocks”, conocidas como “Mamá,
Papá y Bebé”, las cuales se inspiran en el tresillo larense. Ese mismo año crea
el juego de sillón y banco de dos puestos “Sit”, y derivada de éstos surge la
primera versión de la mecedora “Easy Rocker”, que destaca por la repetición de
paletas que le otorgan ritmo visual, así como por la curvatura de la base
que permite un sutil movimiento
pendular.
La mecedora posee varias versiones: la “Child Rocker”, para niños, que
combina maderas de varios colores. La “Double Rocker” con dos puestos y la
“Knock-down Easy Rocker” con respaldar y asientos recubiertos en cuero.
Silla "Bailarina" |
“Bailarina” (1997) resalta por su aspecto clásico. Elaborada en cartán
con detalles en quebracho, es considerada por Don Bell como “la silla más
estable y mejor construida”. También creó mesas como “Margarita” (1991) caracterizada
por el tope conformado por franjas de madera.
Vuelta al original
A raíz de su muerte, y más
aún después de la desaparición de Casa Curuba, se construyen versiones y copias
de sus piezas en el estado Lara que pueden conseguirse en algunas tiendas
caraqueñas. Para este año Enrique Fernández-Shaw, sobrino político de Vestuti, reiniciará
la producción de los muebles siguiendo fielmente las indicaciones de los planos
originales que mantiene resguardos.
Ya en el 2007
Fernández-Shaw, arquitecto que se ha enfocado en la investigación sobre el
asiento, había destacado públicamente los aportes de Vestuti en la exposición “Sentados
en una tradición”, que tuvo lugar en el Centro Cultural Chacao.
Una de sus motivaciones para
abordar la curaduría fue que “me interesó la evolución de sus piezas en
relación con el mobiliario tradicional. Su gran aporte fue la estrategia de
trabajo con los artesanos, a quienes ayudaba en cuanto al proceso constructivo
y con la lectura de planos”, asevera Fernández-Shaw.
Por su parte Dagmar Peña, enfatiza
que Vestuti “era un gran formador. Era increíble la manera como se relacionaba
con los líderes carpinteros como Edison Daza, quien se mantiene en Quíbor como
uno de los guardianes de su legado”.
“La parte complicada del
trabajo es que era muy preciso y que nadie en la carpintería sabía cómo leer
los planos, tomando en cuenta que la mano de obra provenía del mundo agrícola”,
indica Dennis Schmeichler, quien también señala: “para solucionar el problema,
Emile cambió la forma de trabajar, trazando los planos a escala 1:1”, es decir,
los llevó a tamaño natural, convirtiéndolos en una especie de “patrones de
costura”, pero para fabricar muebles de madera.
La experimentación constante con el material, los cortes y el
ensamblaje, los ajustes constantes, así como la exploración estética del
“carnaval quiboreño” fue el principal legado de Emile Vestuti durante sus
últimos diez años de vida.
Datos biográficos
Emile Vestuti nació en New
Haven, Connecticut, en 1927 y falleció en 1998 de un infarto a consecuencia del
accidentado aterrizaje de una avioneta en el estado Bolívar.
Contacto
Enrique Fernández-Shaw
0412-6091447
efsfau@yahoo.es
Todas las fotografías son cortesía de Enrique Fernández-Shaw.
Publicado el domingo 17 de febrero en el suplemento Espacios de El Nacional. |