Este electrodoméstico que desde hace años ocupa un importante lugar en el hogar de los venezolanos es analizado por tres diseñadores industriales.
Hay dos productos industriales que cambiaron de forma radical y definitiva la manera de preparar y consumir nuestras arepas: la harina precocida de maíz, que se encuentra en el mercado venezolano desde 1960 y el Tosty Arepa, lanzado en el año 1997. El primero facilitó la compleja preparación artesanal que incluía el desgranado y la preparación de la masa en el pilón, mientras que el segundo estandarizó la forma y disminuyó su cocción a siete minutos.
Este electrodoméstico que se ha convertido en ayudante imprescindible en la
cocina, fue creado por el brasileño Fernando Rizkalla, quien ocupó la
presidencia de la multinacional Oster de Venezuela entre 1989 y 2006. En
entrevista publicada en la revista Todo
en Domingo hace una década atrás, Rizkalla habló de las motivaciones que lo
llevaron a tomar el riesgo de diseñar el aparato: “Una de las dificultades al
preparar las arepas era que todas quedaran iguales. La otra, disminuir el
tiempo de cocción que entonces eran 25 minutos”.
El primer modelo, cuadrado y de color blanco, era una adaptación de las clásicas sandwicheras, pero con los moldes internos circulares. Obtuvo un éxito tan inesperado, que a los tres meses del lanzamiento, se habían vendido 80.000 unidades. Luego, vino el experimento de fabricarla en colores, hasta llegar al rediseño circular actual que en sí evoca la forma de la arepa.
El impacto que generó el Tosty Arepa en el consumidor no fue dejado pasar
por la competencia, teniendo al poco tiempo la iniciativa de Black &
Decker, con acabados de primera y al mismo precio. Hoy se pueden conseguir en
las tiendas al menos cuatro marcas diferentes de tostadoras para arepas.
Además, como una derivación del producto original, Oster desarrolló recientemente
la Tosty Empanada.
Cambio de costumbre
Para la ex directora de la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad
de Los Andes, Ruth León, la empresa Oster “toma la iniciativa y lanza al
mercado un aparato que no sólo logra un récord de ventas inesperado, sino que
además modifica los hábitos hasta ahora manifiestos por el consumidor”.
Relata la profesora León en su tesis de maestría, que inicialmente se identificó
que las clases B y C de la población ya no hacían arepas por el trabajo que acarreaba,
sustituyéndolas por el pan de trigo convencional. “Así se empezaron a desarrollar
ideas sobre la base de estudiar el procedimiento, el tiempo estimado y las
destrezas necesarias para hacer arepas”.
Considera el diseñador industrial Juan Carlos Chávez que era lógico que el
primer Tosty Arepa mantuviera el aspecto externo y el sistema eléctrico de la
sandwichera, porque para efectos de introducción en el mercado, se mantenía el
paradigma que tiene el venezolano sobre este tipo de producto, considerado
rápido, fácil de usar y eficiente.
Chávez, quien trabaja actualmente en Perú, y que formó parte del equipo de la Escuela de Ingeniería Industrial de la
UCAB, señala que la innovación del Tosty Arepa no es tecnológica, sino
de pertinencia social, por facilitar la cocción del tradicional “pan de maíz”
venezolano.
Por otro lado, considera el profesor Oscar Hernández, de la Escuela de
Diseño Industrial de la Universidad José María Vargas, que Oster “fue muy osado
irrumpiendo en algo tan tradicional para el venezolano. El diseño no me parece
una locura, pero es muy funcional, y quizás por esto es que tiene tan amplia
aceptación en los hogares”.
Las críticas también han
surgido de los guardianes de la tradición, quienes desdeñan la textura y la
humedad de las arepas preparadas en la tostadora, porque no son iguales a las
de las asadas en un budare colocado directamente sobre el fuego. Además, el uso del
electrodoméstico alteró prácticas de elaboración como el palmoteo para
constatar auditivamente si las arepas están listas. No obstante, con la
tecnología recientemente se aprecia la cocción uniforme gracias a las planchas
de teflón.
La utilización del teflón
en los moldes ha generado un interesante cambio nutricional, en el sentido de
que genera una concha gruesa, tostada y crujiente, de la que es fácil extraer
el “corazón”, para obtener así arepas “light”
También resalta Juan Carlos
Chávez que el hecho de que este artefacto sea fácil de transportar ha arrojado
como consecuencia que “la arepa sea conocida mundialmente”. Actualmente se
exporta a varios países, principalmente a Colombia, donde incluso, compañías
como Imusa fabrican su propia versión.
Cuando fue colocado en el mercado, el Tosty Arepa fue evaluado por un
usuario final que conocía perfectamente el proceso de elaboración del alimento:
las amas de casa de todo el país, que si bien se mostraron satisfechas por las
ventajas del artefacto, al mismo tiempo cuestionaron algunos aspectos como el
grosor y el diámetro de las arepas, el calentamiento de la superficie exterior que
originaba quemadas superficiales al tacto, el control visual del tiempo exacto
de cocción y el control de tostado, indica la diseñadora industrial Ruth León
en su investigación.
Como consecuencia, se varió el tamaño de los moldes internos, los
cuales se hicieron más pequeños. También se modificó la forma externa,
ofreciendo versiones para preparar desde dos hasta seis arepas en dos colores
fundamentales, blanco o negro. Igualmente se introdujeron luces testigo del
funcionamiento y un “Timer” para el control del tostado.
También es llamativo que Oster ofrece al Tosty Arepa
como una opción para cocinar “a la plancha” otros alimentos como huevos,
panquecas y tortillas. Sin dudas, a través de la adaptación de un diseño
preexistente, como la sandwichera eléctrica, esta compañía impactó
profundamente en la cultura del venezolano.
Curiosidades
- El Tosty Arepa ameritó un año de pruebas en la planta de Oster en Barquisimeto.
- Para desarrollar el producto, se contó con la participación de los catadores de arepas de las Empresas Polar.
- Las características de las arepas en función del tamaño y la textura varían según la región del país en la que se preparen. Mientras que en el occidente del país son delgadas y grandes, en oriente son gordas y más pequeñas, variando también el tostado de la capa exterior de la masa mientras se cocina la arepa. Oster planteó un sólo tamaño de arepa estándar, que más o menos responde a una media.
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