En 1985 Zilah Rojas egresó del Instituto de Diseño Neumann. Estudió en el período en el que la escuela era dirigida por John Lange. Ella fue muy apegada al artista Alirio Palacios, quien en aquella época le daba clases de ilustración.
La afinidad de Zilah con el maestro se inició por la coincidencia de origen
y se extendió más allá del agradecimiento: “yo soy diseñadora gracias a Alirio
que me becó y estuvo siempre a mi lado. Yo lo conocí en el Instituto de Diseño.
Hubo un momento en que iba a dejar la carrera y él se enteró que yo era de
Tucupita igual que él. Entonces me dijo que no, que él me iba a becar. Desde
allí vino un nexo muy lindo, porque fue de mi parte agradecimiento y siempre
estuve allí con él. El daba Ilustración en los dos últimos años”.
Diseño gráfico para la cultura
Cuenta Rojas que prácticamente desde que se graduó comenzó a trabajar,
siempre por su cuenta, en el área cultural, ámbito en el que se ha desarrollado
con bastante naturalidad y alta calidad el diseño gráfico venezolano.
En sus inicios profesionales hizo libros para la editorial Armitano. Durante
13 años creó los programas y el material promocional para la Orquesta Sinfónica
Simón Bolivar (OSSB) y durante ocho para el Mozarteum. Más adelante tuvo una
empresa de regalos corporativos llamada Artesano Group. Como estuvo casada con
un músico, también diseñó la imagen para diferentes artistas. Incluso laboró
para el instituto de musicología y folklore.
Durante la última década también se ha dedicado al terreno de las artes visuales,
teniendo entre sus clientes a las galerías Ascaso y Durbán en sus sedes de
Caracas y Miami, además de varios artistas plásticos y la Fundación Vigas.
Como diseñadora editorial ha sido galardonada por Ciudad Bolívar no te muevas que te voy a disparar, Hacedores de país y Mosaico denso, del fotógrafo Orlando D’Elia, los cuales ganaron los
premios Cenal.
Zilah Rojas confiesa admirar el trabajo de Alvaro Sotillo, Waleska
Belisario, Carlos Rodríguez y Pedro Quintero, todos exponentes del diseño
editorial, que es el área donde se mueve.
El buen trabajo rueda de boca en boca
Zilah Rojas es optimista sobre el futuro del diseño gráfico venezolano
porque considera que los clientes saben qué es y lo entienden cada día más.
Para ella, “los clientes llegan de boca
en boca, se va rodando la voz. Siento que cuando tú te especializas en algo,
por lo menos en la parte musical, oye, vas creando como un lenguaje en esa
parte. No todo el mundo diseña el programa de un concierto, porque para ello
hay que tener práctica para determinar qué es lo más importante para ese
momento: ¿la obra, el director, la
orquesta, o los solistas? Entonces ahí tú tienes que tener cierto criterio. Entonces
los promotores en vez de estar explicando a un diseñador todas esas cosas,
prefieren a alguien que ya maneje todos esos códigos”.
Llegó a la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar para el momento de la toma de
posesión de Carlos Andrés Pérez en 1989. En aquel momento le pidieron a Alirio
Palacios que hiciera la portada del programa. Entonces él dijo que la hacía,
pero recomendó que el resto fuera diagramado por su discípula Zilah Rojas.
Ese simple contacto le abrió la puerta de entrada a la orquesta, donde le
pidieron que se quedara. Para esa
institución, Rojas realizó el programa de mano para la ópera Cosí fan Tutte, “que gustó a Patricia
Cisneros y entonces me mandó a contactar. Entonces pasé a Mozarteum también”,
cuenta la diseñadora gráfica.
Las nuevas generaciones
Considera Zilah Rojas que los diseñadores jóvenes han tenido más oportunidad de estudiar la parte tecnológica, pero descuidan el concepto, por ello piensa “que no son tan comunicadores los diseñadores actuales, porque te transmiten más la parte tecnológica que la estructura y el mensaje”.
Ya que hablamos de tecnología, le pregunté sobre la migración hacia el libro digital, a lo que contestó: “es que no me gusta, a mí me hace falta el papel”, y en ese sentido Rojas piensa que aunque la producción de impresos haya bajado en el país durante los años recientes por escasez de materiales y los altos costos, las empresas siempre van a necesitar folletería, además de considera que los catálogos y los libros institucionales van a permanecer.
En tiempos recientes Zilah Rojas ha diseñado el libro de Editemos Casa del juguete. Colección Mario Calderón y se ha lanzado a publicar por su cuenta una serie de mini-libros para niños sobre artistas plásticos venezolanos como Alirio y el río infinito. Posee otros títulos en espera por ingresar a la imprenta.