John Moore: "CREO QUE ES TIEMPO DEL DISEÑO WEB"


Un post sobre John Moore era la deuda por saldar con este blog y con el gremio del diseño venezolano, porque John es uno de los comunicadores visuales más respetados en la actualidad, dada su versatilidad y potencia creativa.

Desde hace años en mis clases de Historia del diseño gráfico, semestre a semestre me atrevo a comentar a los estudiantes que considero a John Moore “el diseñador más creativo del país” porque ha abordado exitosamente los más disímiles géneros gráficos sin repetirse. En el haber de John hay marcas, portadas de discos, manuales corporativos, libros, afiches, publicidad, tipografías y en los años recientes ha sobresalido como ambigramista.

Moore egresó del Instituto de Diseño Neumann en 1976, y recuerdo haberlo escuchado alguna vez indicando que decidió estudiar esa carrera porque quería aprender a “hacer cosas” como el logo del Centro Simón Bolívar creado por el talentoso Jesús Emilio Franco. Otro de sus hitos formativos fue el taller que tomó a principios de los ochenta con el reconocido diseñador Milton Glaser, en la School of Visual Arts de Nueva York.
Esta marca de 1987 es precursor de la era digital, porque su gradiente fue procesado en la estación
Linotipe Hell por PrePress
Un dato que los jóvenes desconocen es que John destacó durante los años setenta en el área audiovisual: “Hice una película que se llamó Sensorial, una película animada que la puedes ver en YouTube. Un remix, porque realmente la película original nunca la pude pasar de Súper 8 a cine, nunca me puse a gastar dinero en eso. Con ella gané posiblemente unos 12 premios, entre ellos en España y Francia. Tengo por ahí una revista donde aparecen los premios enumerados... Después hice El Animador, que también ganó varios premios, y esa ganó el segundo premio en el primer festival Manuel Trujillo Durán en Maracaibo. En el año 78 hice otra película que se llamó Roraima, que ganó entre otros premios el de mejor fotografía de documental en Canadá. Después de esto ya no hice más cine, porque la cosa se puso complicada, dejaron de revelar, ya no se conseguían las cosas, un poco como lo que está pasando ahorita, era muy difícil conseguir las películas, conseguir quien revelara, las moviolas”, relata, refiriéndose a los cambios abruptos que generó el “viernes negro”.

Aunque la situación del país lo obligó a guardar la cámara y el trípode, desvió su caudal creativo hacia el diseño gráfico, donde también ha sido multipremiado.

En el mismo 1983, ocasión de celebración del bicentenario del natalicio del libertador, la marca que postuló fue seleccionada como imagen del Congreso Internacional Bolivariano. En el 87 ganó un premio otorgado por la IBM para el Encuentro Latinoamericano en Caracas de dicha empresa donde “tomé el Ávila como un motivo. En aquel momento el Ávila no era tomado como un motivo para representar a la ciudad, sino las Torres del Centro Simón Bolívar y yo lo cambie, y creo que después de mí, mucha gente adoptó el Ávila como símbolo de Caracas”.

Moore hizo diseño editorial para el desaparecido sello Criteria.














En Venezuela Moore es pionero en la creación de familias tipográficas, participando como seleccionado por Venezuela en la Bienales de tipografía Letras Latinas (2006) que luego pasó a ser Tipos Latinos desde el 2008 hasta la fecha. Como promotor de dicha disciplina fundó la Sociedad de Creadores Tipográficos de Venezuela. Muchas de sus fuentes pueden ser adquiridas, a través de Internet.

A lo largo de su carrera, ha obtenido diferentes reconocimientos internacionales, entre ellos el haber sido seleccionado para el libro LatinAmerican Graphic Design de la editorial alemana Taschen, y para publicaciones como Tipo Elije Tipo de Barcelona, o en Typography Sketch Books de Steven Heller y Lita Talarico, donde aparece junto a las más renombradas figuras de diseño tipográfico mundial. Incluso fue designado como parte del jurado de la 10ma. Bienal Brasileña de Diseño Gráfico en la especialidad de Tipografía Experimental, lo que afianza su experticia en el área, aunque hay que mencionar que también ha sido invitado para la jura de otros concursos.

Su perspectiva de los años recientes

Si algo ha caracterizado a John Moore es su visión crítica, no exenta de alguna que otra polémica. Por ello es interesante consultarle sobre cómo aprecia el desarrollo del diseño gráfico durante la última década en nuestro país. En su respuesta enfocó los casos positivos:
“Te puedo decir que hubo trabajos interesantes, como el de José Villamizar. Yo le ayudé a la creación de su libro. Trabajos como los que ha hecho Miguel Ángel González, con el tema de la Mano por el diseño en Maracay. Hay un muchacho que se dedica a promover la cosa de los afiches, los carteles, que me parece que también es un aporte interesante: Juan Manuel Madriz, que ha tenido reconocimientos internacionales”, señala.

“Me parece importante el aporte que hizo la revista Plátano Verde en su momento. Realmente no he visto yo otra publicación a nivel nacional, que yo sepa. Me apena no saberlo, me encantaría. Y eso que estoy en Facebook”, reconoce, y continúa mencionando a otros colegas cuyos trabajos considera valiosos: “Otro caso, por ejemplo, es el de Ricardo Limongi. Él hizo varios libros dedicados hacia el área de los chefs, de la cocina. Hizo muchos trabajos de diseño muy buenos. Han habido estudios destacados como Image & Retail, donde está Rodrigo Machado, y también Antonio Quintero hace una labor apreciable”.
En 2007 publicó el libro "Signos de Identidad" en el que compila su experiencia en diseño de identidad

En el contexto crítico de la actualidad, preñado de “escasez” por todos lados, considera que se amplían las oportunidades para el diseño digital: “Pues yo creo que es tiempo del diseño de la web, o nada”, dice riendo. “Hay que inclinarse hacia eso porque tiene la ventaja de no necesitar insumos como el papel, la tinta, ni nada de eso. Ha tenido la mayor posibilidad de sobrevivencia y gracias a eso es que existe algo de diseño en el país, porque si no fuera por eso estaríamos un poco perdidos. Es lo que nos ha unido, lo que ha permitido saber que existimos y saber lo que hacen las escuelas”.

Sobre la formación en diseño hay una carencia que denuncia desde hace tiempo: “Lo que yo señalé toda mi vida es que una falla es que no se enseñe caligrafía. En otros países, como China o Japón, se enseña en kíndergarden junto con plastilina. Y acá no, la caligrafía es algo que simplemente no se enseña. Todavía existe ese déficit, no existen calígrafos. Con esta moda que ha habido con el lettering, pudiera ser que las escuelas retomaran un poco más este asunto. Sí sé de alguna u otra escuela que lo han intentado”.