El Viernes 14 de octubre fue la final del concurso 2016 Masisa y el domingo 16, el inicio del ciclo de conversatorios “Con C de Caracas” en la tienda Capuy Las Mercedes. Asistí a ambos y acá les cuento qué tal.
Estuve de incógnito el viernes a eso de las 4 de la tarde en la final de la
edición 2016 del concurso Masisa, edición Venezuela, en la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela.
Tenía cuatro años sin asistir a las finales de esta convocatoria de
carácter bienal cuya finalidad es elegir la pieza de mobiliario diseñada por
estudiantes de arquitectura o diseño que nos representará a nivel
latinoamericano. Este año la confrontación regional será en Perú.
Cada año Masisa propone un tema para crear muebles con los materiales que
fabrica. El de este ha sido titulado “Conecta tu mundo, diseña smart”, cuyo reto fue mostrar cómo se adapta el
mobiliario a las tecnologías digitales que usamos en la cotidianidad.
En total llegaron a la final seis propuestas. Interesante fue encontrar
a la FAU-UCV y de instituciones que no había visto
participando (en las ediciones en las
que fui jurado y a las que asistí posteriormente) como la Universidad
Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), la Universidad Rafael Urdaneta y el
Instituto Santiago Mariño. Confieso que extrañé demasiado la participación el
Instituto de Diseño Caracas, pero más aún a la EDI-ULA, de la que tengo que investigar
si la crisis que atraviesa desde el año pasado causó su ausencia. Lo cierto es
que siempre consideré fuertes conceptualmente hablando, y originales, las
postulaciones que enviaban los merideños.
Masisa, como siempre, dio la
talla. El montaje era impecable. Las piezas contaban con una iluminación que
las realzaba, fueron acompañadas por un panel explicativo, pantallas y música
de fondo. El auspiciador del concurso creó un ambiente cálido y estimulante.
En cuanto a las propuestas, llamó mi atención
el “Mobiliario Luz y Ritmo” de Mónica María Brana y Aldo Fabrizio
Michelangelli, por el efecto tridimensional que logró con las luces y sombras
proyectadas sobre un juego de planos.
En general las propuestas me
pusieron a pensar que sería interesante “leer analíticamente” la evolución y
avatares de las escuelas de arquitectura y diseño venezolanas a través de este
concurso. Por otra parte, se agradece a empresas privadas como Masisa el
esfuerzo que hacen para mantener este tipo de actividad en nuestro país.
El evento de la poltrona… sin la poltrona
Domingo 11 de la mañana.
Me acerqué hasta la tienda Capuy Las Mercedes seducida por la invitación al
conversatorio inaugural “Con C de Caracas”, dedicado a la gran ópera pontiana
en nuestra ciudad: la Villa Planchart, pero me atrajo aún más el hecho de que
en las redes sociales la información rodara resaltando la D.153.1 GP Armchair
Molteni, de la que pensé iban a hablar, pero no fue así.
Llegué al conversatorio durante
la apertura del mismo por parte de Luis[Ra] sobre las motivaciones que mueven
su proyecto CCS en 365, que plantea recuperar esos rasgos positivos que nuestra
ciudad ha ido perdiendo, realmente una idea motivadora. Seguidamente pasaron
“el testigo” a Carlos Figueredo y su hija Carolina Figueredo, presidente y
directora ejecutiva de la Fundación Anala y Armando Planchart, que custodia esa
maravilla llamada El Cerrito, la casa que posee una vista de 360 grados de la
“Sultana d
el Avila”.
Distex en El Cerrito |
Don Carlos Figueredo ofreció
deliciosas anécdotas en primera persona sobre Gio Ponti, la casa y sus tíos
Anala y Armando Planchart, mientras que Carolina habló sobre las actividades
que realiza la Fundación, así como sobre lo que planean realizar en 2017
porque El Cerrito cumple 60 años.
El cierre fue por parte de la
representación de Molteni en Venezuela y Capuy. Ese era el momento en que pensé
que iba a intervenir algún arquitecto o diseñador especialista como anunciaron por
las redes sociales, para disertar sobre Gio Ponti diseñador de muebles o
sobre la D.153.1 GP Armchair Molteni, pero no fue así.
La chica de mercadeo, pronunció
tres cositas sobre Molteni y ya… “¿Eso es todo?”, pensé como la fanática
patológica del diseño que soy, y que para colmo, investiga el tema.
Estoy consciente de que ella hizo
lo que tenía que hacer y punto. Pienso que la falla estuvo en los organizadores
del conversatorio que ofrecieron especialistas para hablar sobre la poltrona de
Ponti que está en la Villa Planchart, pero no fue así. Hannia Gómez, quien fue
la curadora de la Fundación Anala y Armando Planchart durante varios años y
catalogó los objetos de la casa hubiera sido fantástica, por ejemplo.
La versión Molteni en Capuy |
En 8 minutos se
podía indicar que Gio Ponti diseñó en 1953 el asiento resaltado en la
invitación, pero bajo el nombre “Distex”, y que las piezas que están en la
Villa Planchart fueron fabricadas por Cassina y se encuentran en el piso 2, el
área de las habitaciones. Molteni negoció con el Archivo Gio Ponti para volver
a fabricarlos y el proceso de adaptar el
diseño a las nuevas tecnologías productivas fue muy complejo, según relata
Francesca Molteni en una entrevista publicada en la revista Domus digital. Otro dato interesante es
que los fundadores de Molteni auspiciaron la creación del Salón del Mueble de
Milán. Nada más y nada menos. Historias bonitas como éstas ni se asomaron.
Para finalizar aprovecho para
comentar que está en proceso de diseño un libro sobre El Cerrito para el 2017. Para
el mismo se hizo un registro fotográfico extenso y se llevó a cabo un proceso
de catalogación de piezas que ilustrarán los cuatro capítulos, cada uno
dedicado a un área diferente: diseño de objetos utilitarios y decorativos,
arte, paisajismo y arquitectura. Les estaré informando.