MAGO: "LA VOCACIÓN DEL DISEÑO LA DESCUBRÍ A TRAVÉS DEL TEATRO"

Mago comenzó a diseñar la imagen del Festival Internacional de Teatro de Caracas en el año 2000.

La cultura ha signado el camino de este diseñador gráfico venezolano actualmente asentado en Madrid.


Manuel González Ruiz es un hombre de buena estrella, pues recibió clases en la Escuela de Artes de la Universidad Central de Venezuela con el maestro José Ignacio Cabrujas, quien lo animó a hacer teatro. Siguiendo el consejo, se unió al grupo El Chichón que dirigía el gran Armando Carías.

Al conocer las habilidades del joven para el dibujo, Carías le pidió que diseñara los afiches promocionales de las obras infantiles de El Chichón. Así, sin proponérselo, Mago, que es como se le conoce a Manuel González Ruiz, por el uso de las iniciales de su nombre y apellido como firma en las caricaturas y dibujos, descubrió su vocación hacia el diseño gráfico e inició su trayectoria en esta profesión creativa.

“Luego, Carías me recomendó para que trabajara como ilustrador en la revista Ventana Mágica”, aquel brillante proyecto cultural de Ligia de Bianchi para niños, que incluía videos para la televisión. A partir de allí, se inicia una carrera en la que destacan proyectos como la Revista Bigott y La Revista Veintiuno de la Fundación Bigott. Por esta última recibió el premio a “Mejor Revista Cultural”, otorgado por el Centro Nacional del libro (CENAL), en el año 2005.


Las revistas diseñadas por Mago tienen un toque especial.

“Comencé a estudiar en el Instituto de Diseño de Caracas en los años ochenta, pero como trabajaba, no tenía el tiempo suficiente para realizar las entregas, entonces decidí retirarme”, relata. No obstante, continuó construyendo su carrera por sí solo. Mucho más adelante, en el 2010 para ser exactos, Mago obtuvo el título en Comunicación Visual del Instituto de Diseño Darias (IDDAR). Sin embargo “mi formación es continua y al día de hoy sigo aprendiendo en la relación con los distintos clientes nacionales e internacionales, mi portafolio es mi curriculum.”

“Estudiar en el IDDAR me reconcilió con la academia y me ayudó a cubrir ciertos vacíos en mis conocimientos del área, y adicionalmente tuve la oportunidad de ejercer la docencia y dictar, a sugerencia de Juan Carlos Darias, director del Instituto, algunos talleres de diseño de revistas dada la experiencia que ya había acumulado .


El coleccionista

Mago indica que es un coleccionista nato, porque es sumamente curioso. Durante mucho tiempo reunió afiches y revistas culturales: “El cartel es un instrumento maravilloso para comunicar con belleza, tal como hizo Vïctor Hugo Irazábal en el poster El caballo blanco de Bolívar, una de las piezas más hermosas que se han hecho en el país, a mi juicio. Me gustaba tanto que le hice una suerte de homenaje en el cartel de la película El misterio de las lagunas de Atahualpa Lichy”.

A la izquierda, el afiche para la película "El misterio de las lagunas". A la derecha, cartel para una obra de El Chichón.

La colección quedó en casa de su mamá en Caracas. No se la pudo llevar a Madrid, donde reside. Durante años recopiló y guardó material encontrado en los sótanos del edificio de la Cantv de la avenida Bolívar, que era donde estaba el auditorio donde se presentaban en algunas oportunidades las obras del grupo de teatro El Chichón.

Así, por casualidad, halló carteles maravillosos como el de La máxima felicidad, que fue elaborado por John Lange, a quien tuvo la suerte de conocer personalmente, al igual que a otros diseñadores venezolanos que admira, como Santiago Pol, Waleska Belisario y Alvaro Sotillo. “No compartí con Oscar Vásquez, quien considero que es más importante de lo que se recuerda, porque era un ingeniero de la imagen, sumamente metódico, como también lo es John Moore”.


Los Festivales Internacionales de Teatro

Desde su creación en 1973, la imagen del Festival Internacional de Teatro de Caracas se concentró en el poder visual del cartel. Los mejores diseñadores del país fueron convocados para realizar esta importante pieza comunicacional hasta que en la edición del 2000 le tocó el turno a Mago, en aquel entonces director del estudio Factoría Gráfica.

Como hombre venido de las tablas, González Ruiz comprendía perfectamente la esencia de lo que se debía comunicar para promover este tipo de evento. Reconociendo la trascendencia histórica del festival, propuso varios cambios, “entre las cosas que promoví estuvo la creación de un sistema visual coherente y unificado. Logré que hubiera internamente más comunicación entre los diferentes equipos de trabajo del festival y que se comprendiera la importancia de la identidad, que la misma estuviera presente en todas las aplicaciones: el cartel, la grilla, los avisos y hasta los programas de mano”.


Esta es apenas una muestra de los carteles concebidos para el Festival Internacional de Teatro de Caracas. 

Como la experiencia del 2000 fue exitosa, Mago continuó encargándose de la imagen de las seis ediciones posteriores. La última fue en 2013, para la que generó un cambio interesante: “el actor siempre había sido el protagonista, hasta esa oportunidad, en que se homenajeó a María Teresa Castillo, con una ilustración hecha por Leonardo Rodríguez”. Vale añadir que estas piezas fueron seleccionadas para ser exhibidas en la primera Bienal Iberoamericana de Diseño en Madrid.


Cultural Arts Branding

En poco más de treinta años de carrera Mago ha desarrollado una metodología de trabajo aplicada a su especialidad: las industrias culturales. Su larga experiencia en esta área

A dicha metodología la ha denominado Cultural Arts Branding, la cual pone especial acento sobre la identidad: “en el atelier entendemos la mecánica de los procesos creativos, cómo funcionan las audiencias y cómo se desarrolla el diálogo entre creadores y público. Al hacer marcas para servicios y productos culturales debemos saber cómo promocionarlos y para ello se requiere mucha investigación y entrevistas al cliente. Luego nos corresponde organizar y estructurar toda esa data. Es como entrar a una habitación desordenada y comenzar a poner cada cosa en su lugar”, explica González Ruiz, quien además señala que no hay diferencia en la manera de trabajar para una marca comercial y una cultural porque la cultura “también es un negocio que mueve a las personas a consumir productos apetecibles. El branding en ambos ámbitos se maneja con el mismo principio que es captar la atención del consumidor”.



Mago ha creado marcas para diferentes sectores económicos en varios países.

Como ejemplo pone el caso de los informes financieros que diseñó para Econoinvest. “Este tipo de publicación suele ser muy árida, por lo que decidí trabajar con los chicos de Keloide para hacer los gráficos atractivos, de esa forma tomé parte prestado al espíritu artístico para resolver problemas técnicos con esa información que suele ser muy fría”.

Mago logró tener en Venezuela una atractiva cartera de clientes en el campo cultural. Sin embargo, llegó un momento en que ‒más allá de los problemas políticos‒, sintió que había alcanzado el techo profesional y decidió emigrar a España, donde fundó Mago Atelier junto con Miriam Ardizzone, en el año 2012 , porque “necesitaba cambiar de piel, plantearme nuevos retos”.

“Es difícil arrancar de cero”, dice, además de reconocer que la competencia en el país donde ahora vive es feroz. Sin embargo, agradece la lealtad de sus clientes venezolanos que han continuado solicitando sus servicios (muchos ellos también se han mudado del país), además de sumar proyectos en Francia, Israel, Panamá y los Estados Unidos.
Mago cumplió 30 años de experiencia en diseño en el año 2014 y lo celebró con una muestra exhibida en Madrid bajo el título Mago 30. Portafolio Abierto


Las recomendaciones

El primer consejo de este experimentado diseñador es “no descuidar lo físico del diseño. Si bien la autoedición nos ha ayudado, no reemplaza lo manual. Me preocupa que los muchachos no conozcan cómo se dobla un papel o cuál es la mecánica para producir un libro”; confiesa.
La fortaleza y principal experticia de Mago reside en el sector cultural.

De su experiencia subraya como fortaleza la sensibilidad hacia lo manual y lo artesanal. “Me puedo desenchufar y puedo seguir diseñando a lápiz”, comenta.

Asimismo recomienda a los nuevos diseñadores que se documenten, que estén abiertos y pendientes de lo que pasa a su alrededor. “El diseño no es solo tipografía y color, es también historia, es arte, es cultura”, enfatiza y prosigue: “El diseñador debe leer, debe documentarse, ver cine, ir al teatro, visitar museos, escuchar música, así va a funcionar mejor, porque va a enriquecer su mundo creativo con múltiples referencias”.

Más info

Mago en Foroalfa http://corneey.com/q1mqJi