CASA CURUBA FUSIONÓ LA TRADICIÓN ARTESANAL CON EL DISEÑO COSMOPOLITA

Jorge Rivas. Mesa Redonda, 2004. Estructura de acero inoxidable con tablero en marquetería motivo desconcertado.

Cuando se trata de mirar al pasado, siempre lo hacemos con melancolía, pero no es el caso de Dennis Schmeichler, quien todavía recuerda con entusiasmo lo que fue Casa Curuba. Habla con entusiasmo sobre su historia y sus principales protagonistas, entre ellos Don Bell, Rudolf Steiskal, Emile Vestuti y Jorge Rivas. Por Jessica Yannone.

Ya hace más de 30 años que Casa Curuba abrió camino hacia el diseño de muebles de manera artesanal, con influencia de la talla de Quibor. Según Dennis Schmeichler, fue un “proyecto de aprendizaje y de mecenazgo, en nuestros inicios estuvimos trabajando frente de la Iglesia de Quibor La Ermita”; luego, abrieron la tienda en los Palos Grandes (ya desaparecida), con el objetivo de fomentar y comercializar lo mejor de la artesanía del país. 


Rudolf Steiskal. Banco.


Steiskal, el primer artífice

Rudolf Steiskal, fotógrafo topográfico y diseñador industrial austríaco radicado en Venezuela desde finales de los años cincuenta se unió a esta aventura en los años ochenta, al unirse a Dennis Schmeichler y Don Bell. Creó para Casa Curuba un banco de madera caoba que actualmente lleva su nombre. Con esta pieza logró equilibrio y apariencia liviana, bajo los preceptos de Bauhaus.

Schmeichler recuerda: “fuimos Bell, Steiskal y yo a Guayana a comprar una gandola de madera, imagínate la clase de locura, yo creo que fue una forma de insertarnos en el país, no lo hicimos como Tecoteca, como idea comercial, sino ofreciendo un compromiso hacia el diseño”.

El proceso del diseño era una explosión creativa y de tecnología: las herramientas que se utilizaron para la fábrica fueron adquiridas en tiendas especializadas para trabajos artesanales de alta gama de Nueva York.

En esta época el francés Marc Flallo conoció a Steiskal. Llegó a Venezuela por unas vacaciones, y terminó enamorándose del país, convirtiéndose de inmediato en ayudante y aprendiz de Taller en Quibor.


Emile Vestuti. Easy Rocker.

Diseño que piensa en Venezuela

Tras la muerte de Rudolf Steiskal, llegó el estadounidense Emile Vestuti, quien era arquitecto, diseñador industrial y profesor universitario. En palabras de Schmeichler: “Steiskal fue el artífice de Curuba, en cambio Vestuti fue mi primer diseñador de mobiliario, y lo increíble de todo esto, era que sus muebles se los llevaban para todas partes del mundo”. Tal es el caso de la mecedora Easy Rocker, el mueble de diseño más importante del siglo XX venezolano porque muestra una coherencia en el diseño, tomando como referencia la silla de paleta larense y la silueta de las sillas de veraneo en Estados Unidos conocidas como Adinrodack Chair.

En esa época personalidades como Antonio Banderas, el fiscal Garzón de España, la presidenta del Museum of Modern Art. (MoMA) Agnes Gund, los hermanos Estée Lauder, el presidente mundial de la Coca-Cola, Roberto Goizueta y su esposa, visitaban Caracas con parada obligatoria en la tienda de los Palos Grandes.

Para 1998, Vestuti soñaba en abrir un centro de estudios y diseño en Canaima, pero en un viaje de regreso a Caracas murió de pánico al sufrir un accidente de avioneta, relata Schmeichler, quien recuerda que Vestuti decía: “hago muebles para que no los destruyan, porque todos los edificios me los tumban, entonces hago mobiliario por pasión”.

Por otra parte, Dennis Schmeichler resalta la figura de Dagmar Peña, quien ejercía como asistente y era la voz de Casa Curuba. Ella acompañó a Vestuti y a Don Bell en innumerables viajes de trabajo al taller quiboreño.



El liderazgo creativo

Don Bell terminó alejándose del proyecto de Casa Curuba, no obstante, su aporte fue importante porque ejerció como socio creativo, curador de la tienda y asesor para lograr los diferentes diseños que fusionaban lo endógeno con lo cosmopolita, desde la época de Steiskal hasta el fallecimiento de Vestuti.

Schmeichler nos comenta: “yo tenía mucho menos años que él (Bell), quien tenía el liderazgo creativo”. Bell logró algo interesante, manifestado por un cliente de la siguiente manera: “Casa Curuba es la sede de Williams Morris en Caracas”. 


Foto extraida del catálogo "Maderas de Jorge Rivas", Casa Alejo Zuloaga, 2004.

Jorge Rivas innova

Después de Vestuti, llegó el arquitecto con postgrado en diseño industrial Jorge Rivas. Su primer cambio dentro del Taller fue incorporar la chapilla en los diseños del mobiliario y esto se convierte en una relevante contribución para la historia del mueble en Venezuela, pues permitía que las piezas no tuvieran problemas al ser transportadas y no estaban en riesgo que se quebraran. Por lo tanto, las piezas se hicieron más livianas, puesto que los antecesores las proyectaban con maderas más sólidas.

A pesar del éxito de la creación de muebles de manera artesanal, Jorge Rivas se fue del país para estudiar en los Estados Unidos, y luego de casi 30 años Casa Curuba fue mermando. Cuenta Dennis Schmeichler: “ya no valía la pena ir a Quibor en un momento dado, por los peligros en la carretera, ya eso fue para mí un ultimátum, porque matan gente en la carretera creyendo que es fácil accidentar un carro. No ven la tragedia que pueden causar”.

A pesar de lo costoso que resultaba realizar mobiliario, Casa Curuba fue un laboratorio que tuvo la oportunidad de comunicar el compromiso del diseño en el país a través, del trabajo artesanal en madera aprendido en Quibor fusionando lo moderno y lo cosmopolita.


Jessica Yannone es Licenciada en Historia, futura Magister Scientiarum en Comunicación Social y profesora universitaria de Historia del Arte. También se dedica al área de investigación y análisis sobre la influencia socio- histórica del Rock en Venezuela, arte, arquitectura y diseño.