María Belén Fernández: "CREO EN LA EVOLUCIÓN DE LA ALTA MODA"

María Belén Fernández se ha especializado en vestidos de novia y vestidos de noche.

La marca lleva su nombre y apellido. Estudió diseño de modas y se especializó en alta costura en el atelier de la francesa Jacqueline Vaillant durante una década. Sus creaciones han sido presentadas en Lima y Madrid, y a mediados de este año, aspira exhibirlas en las pasarelas rusas. María Belén Fernández se enfrenta a este nuevo reto con la colección que está a punto de lanzar, a la que ha llamado “Guacamaya”.

Desde pequeña vio a su mamá cortando telas y trabajando frente a una máquina de coser y piensa que de ese ejemplo le vino el gusto por la costura y el diseño moda. Su mamá es española y llegó a Venezuela jovencita junto a sus hermanas, con quienes abrió un pequeño taller en La Candelaria en el que trabajó hasta que se casó con un inmigrante portugués. De esa mezcla que tuvo lugar bajo nuestro tórrido sol, nació María Belén Fernández, la mayor de cinco hijos.

María Belén declara que siempre fue rebelde y que ha hecho las cosas a su manera: “Estudié ingeniería civil en la UCAB, pero no ejercí, porque lo que me gustaba era la costura. Enseguida estudié diseño de moda en la Academia Decoración La Mercedes a la vez que era aprendiz de la diseñadora francesa Jacqueline Vaillant.



Los vestidos de novia de María Belén Fernández son totalmente bordados a mano.


Inmersión en la Alta Costura

Jacqueline Vaillant poseía experiencia como creadora de vestuario para teatro. Una amiga le recomendó viajar a Venezuela para vender ropa, porque a las mujeres de alta sociedad y de la comunidad hebrea de ese país les encantaba arreglarse bien y comprar vestidos preferiblemente europeos.

Entonces Jacqueline llenó sus maletas de ropa de la última colección parisina y se enrumbó a Caracas, constatando que había una pingüe oportunidad de negocio. Iba y venía con prendas y telas hasta que abrió su atelier de alta costura en Las Mercedes con treinta costureras italianas, españolas y portuguesas, que eran las que tenían sólidos conocimientos y formación en el oficio, para ofrecer vestidos “haute Couture” a la medida de sus clientas. Su principal competidor era Guy Meliet.

“La conocí y le pedí trabajo”. Entonces ella me dijo: “María Belén, si vas a trabajar conmigo y te vas a ir a las dos semanas, mejor no lo hagas, piénsalo bien”. Y resulta que la joven se quedó con ella durante casi diez años.

Otra exigencia de Vaillant fue: “Tu no puedes coser, las diseñadoras no cosen. Te prohíbo que agarres una aguja”, relata María Belén divertida, porque resulta que cuando su jefa francesa agarraba vuelo, se ponía a coser en el taller, porque siempre ha sido su pasión.

Más adelante la diseñadora venezolana viajó a los Estados Unidos contra la opinión de sus padres. “En Miami trabajé por hora haciendo arreglos a piezas de los diseñadores René Moreno y Craig Signer. Con ellos aprendí cómo se manejaba la industria a mayor escala. Debí trabajar para costearme el viaje y la estadía por allá. Fue muy brusco, porque venía de la escuela francesa”.



Para la pasarela madrileña, la propuesta fue de vestidos de novia vaporosos para bodas diurnas.


La pasarela madrileña

A su retorno a Venezuela, María Belén Fernández se asoció con una amiga que hacía trajes de baño a la medida. Juntas crearon la marca FB, pero reconoce que no es el tipo de pieza que más le gusta hacer.

Su socia se fue del país y María Belén Fernández abrió su atelier de alta costura, especializado en vestidos de novia y de noche. “Por mi formación, sé que en la alta costura la máquina de coser no debe usarse, pero en la actualidad esto no suele ocurrir en un ciento por ciento, por cuestión de tiempo y costos. Creo que el concepto ha ido evolucionando y en mi caso, mis vestidos de novia y los de noche, son totalmente terminados a mano”.

Actualmente trabajan para ella 6 empleadas entre costureras y bordadoras. Reconoce que por la situación del país han disminuido las fiestas, lo cual ha afectado el trabajo del campo de la moda, pero en su caso, ha debido reinventarse creando líneas Prêt-à-Porter. No obstante, ha recibido buenas noticias en los últimos años como su presencia en Lima, en el desfile Flis de Madrid y en la pasarela “Fashion Law Network” del Instituto de la Moda de Madrid en 2017. En este último presentó 10 vestidos de novias en chiffon.

Desde entonces ha sido requerida nuevamente en Madrid, así como en la Semana de la Moda de Medellín en noviembre y para Rusia a mediados de este año.






“Guacamaya” desea viajar a Rusia

En 2018 María Belén Fernández presentó la colección “Deseo” y para este año está preparando “Guacamaya”, que espera llevar a la pasarela rusa.

“Esto es un gran reto que me puso a pensar ¿cómo puedo competir con las divinas pieles y las artesanías europeas? Entonces decidí llevar algo autóctono venezolano en el que resalta el colorido de la combinación verde, amarillo y rojo y las texturas obtenidas con plumas, bordados y encajes”, indica.

La propuesta, que primero será presentada en abril en Caracas, está compuesta principalmente por bragas y chaquetas, cuyo mayor trabajo está en los bordados.

A la diseñadora le hace ilusión viajar a Rusia, pero está consciente del magno esfuerzo financiero que representa, por lo que está sopesando la idea de enviar las prendas.

Como la esperanza es lo último que se pierde, y más aún cuando se tiene gran talento, María Belén Fernández espera desde ya recaudar los fondos para ir personalmente al desfile, para volar alto junto a Guacamaya y seguir representando a Venezuela en el mundo.



Un adelanto de la colección "Guacamaya": color y texturas.


Más info en

www.mariabelenfernandez.com.ve

IG: @mariabelenfernandez_oficial

Fb: MariaBelenFernandezOficial