Innovación Social: EL POTENCIAL DEL DESIGN THINKING

Los problemas sociales que enfrentamos hoy en día y sobre todo en nuestro país, Venezuela, requieren de una profunda inmersión y escucha activa de un colectivo que define y encuentra soluciones al problema y en donde todos son expertos, afectados y activistas. Por Daniela Peñaranda

El Design Thinking o Pensamiento de Diseño se apoya en el hecho de que todos tenemos la capacidad de encontrar soluciones creativas a través del ensayo y error. Invitando sobre todo a los diseñadores que tradicionalmente se han enfocado en mejorar la funcionalidad y la belleza de las soluciones que crean a adoptar esta metodología centrada en las personas, no sólo en el ámbito del diseño, sino también en otras áreas que pueden contribuir a la transformación social. Algo que ya está sucediendo en muchos países en donde el DT está cruzando los límites entre lo público, con fines y sin fines de lucro, ya que el propósito en todos los casos es el mismo: centrarse en los humanos para mejorar su calidad de vida. La promesa inherente de la innovación.

Recordemos que la innovación consiste en mejorar algo ya existente, introducir cambios, pensar de manera diferente… todo eso que el DT nos ofrece a través de su proceso y herramientas. Entonces el Design Thinking no solo conviene para resolver problemas que tienen que ver con productos o servicios, sino también para desafiar problemas complejos como la pobreza, el desempleo juvenil, la violencia de género, la salud pública, la inclusión social, entre otros. Esta última aplicación del DT es un elemento de cambio para el futuro del diseño, ya que de hecho, se está hablando del diseño centrado en la sociedad (Society-centric design), un nuevo enfoque que puede ser aplicado para crear soluciones con impacto social positivo.

Veamos a continuación una visión general de tres sectores donde el DT y los diseñadores están jugando un rol fundamental para contribuir al cambio.


El Design Thinking en el sector social

No se puede decir que se están resolviendo los problemas sociales de manera efectiva si no se están incluyendo a las personas afectadas, hay que integrarlas en el proceso y en la toma de decisiones para contextualizar, construir y transformar.

Cuando se trata de resolver problemas sociales el DT ayuda a incorporar una mentalidad de trabajo colaborativa (co-diseño, co-creación), donde las personas afectadas son parte del proceso para corregir el daño que les ha hecho un “mal diseño” creado en su mayoría por “expertos”. En pocas palabras, se les da voz y poder a las personas afectadas para definir los verdaderos problemas a resolver y encontrar las posibles “aproximaciones de soluciones”, se habla de aproximaciones porque los problemas sociales por su naturaleza suelen ser complejos y en este caso no siempre existe “la solución”, ya que esta puede ser múltiple o flexible e incluso se puede dar el caso que sea inexistente o fuera del alcance.

Sin embargo, se ha visto que el DT aplicado a problemáticas sociales es realmente útil sobre todo a la hora de definir el verdadero problema que afecta a las personas involucradas, su gravedad y las repercusiones que tiene en la comunidad. De este modo aunque el problema sea complejo, se pueden buscar soluciones que van a ir resolviendo de manera progresiva el verdadero problema y que son valiosas para las personas afectadas. Esta es una orientación muy beneficiosa para las empresas sin fines de lucro que en su mayoría enfrentan problemas complejos. También el DT en este caso es un sostén para la innovación colectiva y por supuesto, la inclusión.

Un ejemplo muy famoso del uso del DT para resolver una problemática social fue la creación de las incubadoras portátiles para combatir la alta mortalidad infantil en países pobres. Hoy en día esta solución ha tocado más de 300 mil bebés en más de 22 países del mundo: https://www.embraceinnovations.com/




El Design Thinking en el sector público y la participación ciudadana

Una gobernanza se construye a base de pruebas y con el respaldo de las opiniones de los ciudadanos y las partes interesadas. Esto implica que las personas puedan participar en la definición de los problemas y en las soluciones y decisiones que les aseguren una vida digna.

En definitiva, estamos ante un momento interesante para el diseño en el sector público, ya que empieza a ser una fuente de innovación por su gran potencial para resolver problemas desde una perspectiva abierta y participativa. El Design Thinking se está utilizando con mucha más fuerza en los laboratorios ciudadanos de España, Francia, Colombia, USA, Perú, solo por nombrar algunos países.

A través del DT se puede permitir la participación de la sociedad civil atendiendo sus demandas y convirtiendo sus decisiones en políticas públicas o en soluciones para rediseñar servicios públicos. Aprovechando la inteligencia colectiva, el DT da prioridad a la protección de los ciudadanos y enfrentar transformaciones complicadas como acceso igualitario a los servicios públicos, acceso a los recursos, políticas para reducir el desempleo, equidad de las riquezas, transformación industrial y tecnológica, sanidad pública para todos, educación, etc.

Sin embargo, uno de los retos más grandes dentro de este sector es que las ideas y los prototipos no se queden en un “laboratorio” y que lleguen realmente a ser implementadas. Para ello, las instituciones públicas y sobre todo sus líderes tienen como desafío cambiar su mentalidad de crear servicios que solo responden a los condicionamientos de los sistemas establecidos por las propias instituciones o autoridades, a una mentalidad centrada en las personas en donde los servicios se crean a partir del contexto y las verdaderas necesidades de los ciudadanos. Un reto que empresas especializadas, expertos del diseño y asociaciones están desafiando a través de la colaboración con las instituciones públicas para transformar sus culturas organizacionales a una enfocada en el pensamiento de diseño trayendo como consecuencia no sólo una mayor capacidad de innovación sino también de ejecución.

Un caso de estudio interesante donde se utiliza el DT es la plataforma Freedom Social Technology creada por el venezolano Ricardo de la Blanca donde permite a los nuevos líderes políticos, creadores e innovadores, conectarse con la ciudadanía y fortalecer la democracia: https://www.eltiempo.com/tecnosfera/novedades-tecnologia/freedom-la-red-social-de-los-partidos-politicos-de-ricardo-de-la-blanca-333986


El Design Thinking en el sector productivo y organizacional

La innovación desde un punto de vista productivo debe ponerse en marcha desde la creencia de que cada persona de la organización puede aportar ideas y son susceptibles de crear el cambio.

Si se quiere tener organizaciones innovadoras, sobre todo en tiempos de resiliencia y represión, las mismas se deben diseñar para que corran riesgos. En este caso, la cultura de empresa juega aquí un papel importante, porque realmente se debe establecer el DT como una mentalidad que consiste en desprenderse de los roles convencionales de cada individuo de la organización y huir de las creencias existentes, para poder dar paso a nuevas metodologías de trabajo y maneras de resolver los problemas. Eso quiere decir repensar toda la empresa y utilizar el diseño como estrategia.

Para que esto tenga éxito, todas las personas que trabajan en la organización deben adoptar esta mentalidad y poder estar a gusto con el cambio, la co-creación, aceptar la ambigüedad, ser hacedores, fomentar la empatía y crear procesos dinámicos dentro de la empresa u organización. De esta forma el DT puede llevar la creatividad empresarial a un siguiente nivel: ofrecer un valor predecible, pertinente y racional que está basado en el cambio constante y la toma de riesgo.

Un caso de estudio que les quiero mostrar en este punto es La Victoria Lab, un laboratorio del grupo Intercop de Perú que ha ayudado a diseñar múltiples soluciones para impulsar la clase media en su país. Este laboratorio junto con todas las acciones diseñadas han hecho que la transformación social sea real. Hoy en día intercop obtuvo el puesto 33 entre las 50 empresas a nivel mundial que destacan haciendo por su impacto social positivo: http://lavictoria.pe/


Ahora bien, ¿cuál es el rol del diseñador?

¿Qué pasaría si cómo diseñadores empezamos a ver nuestra profesión de manera diferente y asesoramos a nuevos profesionales del medio y a otros profesionales, y los guiamos para aplicar nuestra manera de pensar en otros sectores? ¿Qué pasaría si ofrecemos nuestros servicios y conocimientos en sectores que nunca antes nos habíamos planteado? ¿Que tal si comenzamos a reflexionar sobre los problemas que tiene nuestra comunidad e intentamos crear grupos de co-creación para resolverlos aportando nuestras habilidades?

Los problemas sociales, que son complejos, ya no pueden ser solo el trabajo del gobierno. El rol de cada individuo en la sociedad, ya sea un político, un profesor, un diseñador, una madre, un adolescente, un vecino o un ciudadano, se presta para aplicar una nueva perspectiva única que puede contribuir a una solución social innovadora. Estamos viviendo uno de los mejores momentos para poner al servicio de otros todo nuestro talento como diseñadores para resolver problemas de manera creativa. Si fomentamos la idea de que todo el mundo es diseñador y que el cambio parte de tomar en cuenta a las personas (diseño centrado en las personas), las organizaciones de cualquier índole estarán mejor preparadas para hacer cambios que tengan un impacto social positivo en la sociedad. Lo único que necesitamos es eso, estar preparados para lo impredecible. Porque es tiempo de ¡Reinventarse!

Lecturas complementarias

Laboratorio Ciudadano Madrid
Plataforma para la innovación pública
Educación con Design Thinking
Rediseño de la estrategia de recaudación de impuestos
Libro Innovar para el cambio social De la idea a la acción
Podcast sobre diseñadores trabajando en innovación social o en prácticas de diseño emergentes


Daniela Peñaranda es diseñadora de experiencia de usuario y visual. Actualmente es jefa de diseño de la startup francesa Poool.tech, donde tiene como responsabilidad proporcionar no sólo una visión creativa para el equipo de producto, sino también para toda la organización. Hoy en día es certificada Design Thinking y miembro del IDF - Interaction Design Foundation. 

Más info en danielapenaranda.com