Carlos Cruz-Diez: Sus años en el diseño gráfico

 


Mucho más allá de las artes plásticas, este maestro es un pionero, de la ilustración y el diseño desde la década de los cuarenta.

Carlos Cruz-Diez ingresó a las Escuela de Artes Plásticas en 1940, y pronto buscó la manera de ganarse la vida. Entonces inició labores como ilustrador para publicaciones impresas como las revistas Elite, Momento, Disco Anaranjado, semanario Fantoches (1947) y el diario El Nacional (1946-1956).

Creó el logo para la revista Tricolor de Rafael Rivero Oramas y fue director de arte de la revista El Farol de la Creole Petroleum en 1944.

Por aquel tiempo se retiró de la escuela de artes, para dedicarse enteramente a trabajar como Director de Arte de la agencia de publicidad McCann Erickson entre 1946 y 1951.

Decidió volver a la escuela para sacar el profesorado en educación artística y artes gráficas, que era cónsono con su trabajo creativo de aquel momento.

En la mesa redonda "El Farol y la imprenta", que fue el resultado de una conversación entre Enrique Puig-Corvé, Gerd Leufert, Nedo y Carlos Cruz-Diez como los artistas gráficos que pasaron por la revista El Farol, éste decía: "Recuerdo que trabajé por primera vez como diagramador en Elite y eso fue una lucha tremenda. Tenía conceptos rudimentarios de diagramación. Yo era pintor o mejor, alumno de la Escuela de Artes Plásticas antes que otra cosa. Cuando quería realizar una idea que no fuera la rutina tenía que enfrentar problemas enormes. Había que luchar con el prensista, el tipógrafo, el cajista o el impositor que consideraban que lo importante eran los conocimientos técnicos que ellos tenían. Ellos sabían de puntos tipográficos, de los espacios, de las picas, todos los secretos del oficio de imprenta y uno era el advenedizo que no sabía nada de nada y quería simplemente jugar con todo aquello.

 

Diseño para la cultura

Al cabo de seis años se retiró de la publicidad para trabajar en la Dirección de Cultura y Bellas Artes el Ministerio de Educación de Venezuela, donde diseñó libros y revistas dedicadas a poetas venezolanos. El estilo visual de las portadas estaba conectado con su serie de "Parénquimas", formas que exhibían la evolución de su obra plástica hacia la abstracción.

A lo largo de su trayectoria, Cruz-Diez diseñó más de 200 libros y también afiches culturales desde los cincuenta.

    Carteles resultado del primer curso de diseño publicitario dictado en la Escuela Cristóbal Rojas.
 

 

Formador de artistas gráficos

En 1955 se muda transitoriamente a Europa y en 1957, regresa a Caracas, donde funda el Estudio de Artes Visuales, dedicado al diseño gráfico e industrial.

En su rol docente, Cruz-Diez fue facilitador de los cursos de la sección de artes gráficas de la Escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas a partir de 1958, bajo la dirección de Luis Guevara Moreno.

Al respecto Cruz-Diez relataba que las clases las impartía junto a Gerd Leufert. “La adquisición  (de Leufert) fue fabulosa y el resultado con los alumnos tan interesante, que con sus trabajos, hicimos una exposición de fin de curso que tuvo gran repercusión”.

Asímismo, entre 1958 y 1960 se desempeñó como profesor de diseño tipográfico en la Escuela de Periodismo de la Universidad Central de Venezuela.


 

 

Promotor del diseño

Aunque a partir de 1960 se dedicó completamente al arte, Cruz-Diez siempre estuvo pendiente de apoyar e impulsar el diseño en Venezuela.

Siguió haciendo incursiones esporádicas en el diseño, creando afiches y revistas, como lo fue la edición de El Farol de la serie "La calidad de vida", en 1974, junto a Sergio del Bianco.


 

 

El Museo

Otro gran aporte de nuestro maestro del cinetismo al diseño es la creación del Museo de la Estampa y el Diseño que lleva su nombre, abierto al público desde 1997, del cual fue presidente vitalicio. Al respecto de la institución, reveló en una entrevista publicada en 2011 en el blog Diseño en Venezuela:

"Cuando me propusieron crear un Museo Cruz-Diez, me negué argumentando que no deseaba un Mausoleo en vida. Me pareció más importante crear una institución para darle jerarquía y trascendencia a dos actividades de la inteligencia del hombre: la multiplicación de la imagen y el diseño. Desde las tabletas de arcilla de Babilonia, pasando por los impresos de Gütemberg hasta el dinero plástico, la estampación de los caracteres y de la imagen, han sido el medio más poderoso para difundir el conocimiento y la información”.