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Diseño gráfico y moda se unen en los pañuelos de Valentina Camacho

Mensajes escritos y símbolos gráficos forman parte del universo cuadrado de los pañuelos de esta marca que dos diseñadores venezolanos crearon en Argentina.

Estudió primero Diseño Integral en la UNEY, cinco años de licenciatura y durante su trayecto como alumna «estuve bastante ligada a los carteles y pensaba que iba a irme por ese lado, pero desde pequeña me llamó la atención la moda, pues hacía trajecitos para las muñecas, eso fue algo que me acompañó siempre», nos relata Valentina Camacho, quien desde hace seis años se mudó para Argentina, donde estableció una marca homónima que produce un accesorio inusual para nuestra tropicalidad, como lo son los pañuelos.

«Una vez salida de la carrera, quise formarme en moldería de indumentaria , porque pienso que cualquier persona que esté en el área de la moda debe saber de confección. Esto lo estudié en Venezuela, en la Escuela Santa María en Barquisimeto.

Luego me vengo para la Escuela Argentina de Moda, a estudiar Seguimiento y Auditoria de Producto de Indumentaria. Esto se refiere al seguimiento de los procesos para confeccionar: moldería, tizada, corte, desgaste de tejidos y todo el seguimiento desde el desarrollo de la idea hasta que el producto sale de la fábrica, incluyendo la venta.

Cuando salí de la escuela, trabajé en dos marcas argentinas, una de indumentaria y otra de accesorios, de hecho, esta segunda me dejó bastantes aprendizajes para mi propio negocio.

Después estudié una diplomatura en Fashion Business en la Universidad de Palermo. Yo sentía que tenía conocimiento en la parte técnica y creatividad, pero fallas en la parte comercial, el análisis de data y números», cuenta Camacho.

Los socios de la marca.
Para Valentina, el mundo es un pañuelo

«En la especialización tenían una tesis final, que era una colección de vestuario. Esa colección de indumentaria tenía un pañuelo que llevé al físico, no sólo en proyección geometral, sino que lo desarrollé y estampé con una gráfica bien simple, por cierto.

Viendo ese pañuelo fabricado, junto a mi socio Ricardo Flores, que también es diseñador, y una profesora del proyecto, analizamos que iba a ser una buena oportunidad empezar una marca a patir de un artículo que no tiene talla y que se puede utilizar en cualquier circunstancia climática.

Hay variantes como la bufanda con lana tejida, pero nosotros particularmente hacemos pañuelos. A mí me hicieron click los pañuelos cuando entendí que podía hacer diseño gráfico en su formato cuadrado, que también es moda. Ese encuentro de dos mundos me hizo ver una oportunidad de negocios que me hace sentir plena creativamente porque me permite hacer gráfica, que en este caso es estampa».

Pañuelos que enjugan creatividad

La metodología de trabajo de Valentina Camacho viene de actualizar su catálogo de productos, pue no se maneja por colecciones. «Tengo tres años con la marca, en los que junto a mi socio de marca, nos hemos enfocado a expandir nuestro catálogo».

«Básicamente, desde que planteamos la marca nos preguntamos qué tipo de estampado queríamos hacer y qué impresión queríamos lograr en el usuario final y el expectante desde la parte digital, porque no todo es el producto en físico».

Valentina reconoce que el concepto o mensaje a transmitir es primordial. De allí emerge el print que desarrollan como diseñadores gráficos.

«Nosotros partimos del hecho de que las personas deben disfrutar un concepto, se reflejen en los pañuelos, los regalen y los quieran llevar. Por ello encuentras en ellos mensajes escritos y simbología que conversan en ese universo cuadrado y transmiten un mensaje específico, pues les coloco un nombre».

El proceso creativo es empático, pues el objetivo es que los otros se conecten emocionalmente. Por ejemplo está el pañuelo «Disfrutar del viaje» que tiene que ver con la vida y la muerte, la pérdida y la tenencia, un ciclo que nos hace disfrutar el presente.

Una vez que se define el concepto, entonces se dibuja la estampa. «Entonces nos enfocamos en el dibujo digital o a mano. Podemos trabajar con acuarela, acrílico, con estilógrafo, tiza, creyones o directamente en tabletas en vectores. Hay diferentes formas con las que llegamos al acabado que queremos darle al pañuelo».

Digitalizada la estampa y luego de varias pruebas de impresión, pues trabajan con imprenta digital de telas, se dedican a la composición, color, comportamiento y escala en el cuerpo de esos diseños. Luego de las correcciones, se toma la decisión sobre cuáles variantes de color se van a lanzar y termina comercializándose la pieza en dos o tres tamaños.

Luego viene la parte fotográfica y de comunicación a través de diferentes canales. Actualmente, los principales son las redes sociales, con la asesoría de Vero Ruiz del Vizo.

Valentina Camacho es un emprendimiento propio que cuenta con recursos que salen del mismo proyecto.
Los tamaños pueden ir desde pañuelos chiquitos de 50 cm, al estándar de 70 cm y el grande, para los «pañuelo lovers», que los usan como abrigo en los climas más fríos. Esto define un Valentina Camacho.

La experiencia como migrante

«La experiencia como migrante ha sido dura y difícil el emprender. Tienes que moverte orgánicamente, porque no tienes la familia, los amigos, ni los colegas que te apoyan desde cero como cuando estás en tu país. En el extranjero debes llamar la atención solito y tener paciencia», reconoce la diseñadora.

En Venezuela ya habían creado la marca con la que hicieron varios experimentos, no obstante Valentina considera que actualmente ya posee su identidad creativa definida.

«Llevamos tres años de proyecto con un formato showroom en Buenos Aires, que son cuartos de exhibición donde tienes los pañuelos extendidos, muestras tus procesos de trabajo y puedes usarlo como espacio de oficina y allí te ves con los clientes por cita».

Actualmente por la pandemia el showroom no está tan activo. No obstante, indica la entrevistada que también suelen ir a las ferias turísticas de la ciudad de Buenos Aires como creativos locales, pero «este último año hemos ido haciendo nuestras actividades solos, llamando a nuestra comunidad a través de invitaciones por internet».

«En abril se cumplen seis años desde que emigré para Argentina. En septiembre se cumplen cuatro años de haber iniciado el emprendimiento».

El modelo de negocio

El modelo de negocio de Valentina Camacho es bastante independiente, pues desarrollan prendas atemporales. «Vamos mucho a la parte emocional, al corazón del usuario».

«Como son mensajes,temas introspectivos que luego se hacen colectivos, no necesitan sujetarse de una pauta de clima para poder conectar. Eventualmente también hemos hecho camisas y estamos por sacar algo más de indumentaria».

Recientemente se unieron a una marca pequeña de Chile, llamada @pourple_design, para lanzar un anillo de pañuelo. La dueña de Pourple tejió los anillos en miyuki con un corazón que forma parte de la identidad de Valentina Camacho en estilo geométrico.» Esto lo convertimos una alianza comercial. Ella era nuestra clienta y en diciembre nos conocimos. Desarrollamos un prototipo y luego ella ha ido fabricando a medida que se lo pedimos».

«También nos aliamos con una ilustradora venezolana muy talentosa, @caffetina, con quien desarrollamos un estampado. Ella vive en España, tiene una estética bastante lineal en su gráfica, monocolor y muy conceptual».

También hace más de un año contactaron al maestro Santiago Pol, con el que desarrollaron el pañuelo «Venezuela»; cuya venta sirvió para donar desayunos a la Fundación Kapuy, en Maracay. Pol hizo la gráfica de las orquídeas, mientras que Valentina Camacho terminó la parte compositiva textil del estampado.

«Orquídea», hecho en colaboración con Santiago Pol.
Los pañuelos en el Sur

En Venezuela hablamos de pañoletas que podemos colocarnos en el cabello o como pareos, pero lo cierto es que no es un accesorio de primera necesidad al vestir. «Cuando llegas al sur, te das cuenta que las estaciones pautan el abrigo de este tipo que va al cuello. A diferencia de la lana que puede picar, el pañuelo es una prenda más suave para la piel, que hacemos con telas provenientes de Milán, además que es más elegante para armar tu outfit.

Yo lo conocí y lo adapté a mi, pese a no haber nacido en un país con estaciones».

Otros mercados

«Chile es mi segundo mercado estratégico. En todas las ferias en las que participábamos terminaban llamándonos clientes chilenos. Una vez que vimos que es un buen mercado, terminamos haciendo eventos y publicidad en ese país, adonde nos movemoso dos o tres veces al año».

Sin embargo, Valentina Camacho tiene la logística aceitada para atender clientes en cualquier parte del mundo. Luego de Chile y Argentina, exponen bastante la marca en México y Estados Unidos.

El estilo Valentina Camacho

«Nuestros pañuelos siempre tienen un mensaje para que lo leas, lo interpretes, lo regales y lo lleves. El estilo es alegre, es colorido, es conceptual, ilustrado, pero principalmente es una emoción que se transmite en una estampa que conecta, nos comenta la diseñadora.

El estilo es conceptual, a nivel de mensaje y lectura, luego se mueven en diferentes texturas gráficas, inspiraciones y colores, como el de «Soñar y hacer»; el pañuelo del unicornio que sale de una especie de laberinto. Los elementos nos recuerdan una ilustración de fantasía, con trazos suaves logrados en estilógrafo.

En fin, Valentina Camacho nació en Venezuela como una marca de indumentaria y accesorios que renació en Argentina con otro propósito que está rindiendo frutos, pues actualmente permite a sus socios vivir de hacer gráfica en pañuelos.

Más info

Instagram: @valentinacamacho

www.valentina-camacho.com

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