Nacido en el seno de una familia pobre, el talento y ganas de aprender de Félix Beltrán le abrieron las puertas del diseño mundial, al que dejó un rico legado.
Félix Beltrán nació en La Habana, Cuba, el 23 de junio de 1938. Desde muy joven mostró interés por el dibujo, siendo Henri de Toulouse-Lautec una de sus primeras influencias artísticas.

En 1953, a sus 15 años, un ejecutivo de la filial de la agencia de publicidad McCann Erickson en Cuba lo invitó a ser pasante, experiencia que lo marcó, pues allí conoció publicaciones internacionales sobre diseño, como la suiza Graphis, que lo marcó definitivamente, además de iniciarse en el mundo publicitario, sobre el que comentó en una entrevista publicada en la revista mexicana A! Diseño: «En esa época, los primeros años de la década de los 50, el término diseño gráfico ya existía pero no se aplicaba, generalmente a todo se le llamaba publicidad, el nivel no era muy alto, principalmente se hacían anuncios tradicionales, lo cual no quiere decir que no fueran efectivos».

Su formación
Tuvo la oportunidad de viajar a Nueva York por dos razones: para realizarse unas cirugías oftalmológicas y para cursar una carrera.
Estudió diseño en los Estados Unidos entre 1956 y 1962 en la School of Visual Arts y en el Graphic Desgn Center-Pratt Institute. También obtuvo beca en la New School of Social Research, pues sus ganas de aprender también se dirigían hacia áreas del conocimiento como la filosofía.

En la gran manzana trabajó como director de arte para editoriales, participó en numerosos eventos, escribió para revistas y obtuvo sus primeros premios en concursos.
En 1962 Beltrán regresó a su isla natal para realizar su contribución al proceso político que allá se desarrollaba tras la revolución. En 1963 comenzó a dictar clases de diseño.
En 1965 obtuvo una beca para estudiar en la Escuela Nacional Superior de Arte de París, que abandonó a los meses para atender un trabajo que le ofrecieron en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, España.

Retorno a Cuba
En 1966 regresó a su país, pero «bajo sospecha para el régimen encabezado por Fidel Castro», pues Beltrán había entrado en contacto con personas non-gratas para el gobierno cubano.
No obstante, fue captado para desarrollar la identidad de Cuba para la Expo Mundial de 1967 que se realizó en Montreal. El maestro reconocía que la marca no fue de tanto interés, pero sí su instrumentación.

Tras este éxito, en 1970 se le encomendó la identidad de su país para la Expo Mundial de Osaka.
Estos aciertos lo llevaron a liderar el departamento de propaganda el partido comunista de Cuba y ser profesor en la Universidad de La Habana.

De dicho período se reconocen sus aportes al cartelismo cubano y latinoamericano en general, pues desarrolló un lenguaje gráfico basado en la síntesis de las formas y la economía de recursos visuales que apuntaban a la esencia del mensaje. Asimismo era propio de su estilo el empleo de colores planos saturados.
Una de las contribuciones de Beltrán fue el fortalecimiento de la escuela cubana del cartel desde la década de los sesenta, involucrando a jóvenes procedentes de la pintura a quienes se les limitó la posibilidad de las representaciones realistas, teniendo como objetivo «la síntesis de la idea».

La vida mexicana
Cansado del acoso, la incomprensión y la falta de libertad, Félix Beltrán decidió mudarse a México y en los años 80, adoptar la nacionalidad mexicana.
Participó en numerosas exposiciones colectivas e individuales. Su obra está presente en diversos museos del mundo y ha sido reseñado en obras compilatorias como Latin American Graphic Design, editado por Taschen. Ha recibido diversos premios y es doctor ‘honoris causa’ de la International University Foundation, en Delaware y en la Universidad de San Luis Potosí, México.
Es autor de los libros «Desde el diseño» (La Habana, 1970); «Letragrafía» (La Habana, 1973); «Acerca del diseño»; (la Habana, 1975) y «Símbolos, símbolos y más símbolos».

Además del cartel, la identidad gráfica fue el otro fuerte de Félix Beltrán, la cual llevó al máximo nivel de simplicidad geométrica. Una recopilación de sus marcas fue exhibida en 2007 en el Museo de la Estampa y el Diseño Carlos Cruz-Diez, en Caracas.
Ya en México se desenvolvió como profesor titular de la Universidad Autónoma Metropolitana y como asesor de la Escuela Nacional de Diseño del INBA. Colaboró con la Bienal Internacional del Cartel y fue miembro organizador fundacional de la Bienal Iberoamericana del Diseño -BID Dimad,- en España.

Félix Beltrán ha fallecido este 28 de diciembre de 2022, a la edad de 84 años, dejando un traas sí, un legado como creativo y como promotor del talento hispanoamericano del diseño.