La chef y asesora para la industria gastronómica asegura que el food design es una tendencia que no para de crecer y es fundamental en la restauración.
Por Jhonson Franco.
Salir de la cocina y entender por completo el negocio de la comida es necesario para Katiuska Ramírez, objetivo que la ha hecho chocolatera, pastelera y sommelier, certificada en ciencia y gerencia de la gastronomía, especialista en rones y diplomada en neurogastronomía. “No es fácil esta industria. Es una industria de tendencias, de gusto. En el negocio gastronómico tienes que actualizarte constantemente o te quedas atrás”, alega la asesora culinaria.
Su experiencia le ha hecho entender la integración del diseño en la restauración. “Los comensales quieren vivir experiencias, no solo comer. No es solo presentar platillos innovadores, es aprender la esencia de lo quiere la gente. Realmente la gente quiere un lugar especial, que le hagan sentir único y le construyan un momento memorable; allí entra el diseño”.
“En Caracas hay un océano rojo en la restauración porque hay demasiadas propuestas. La manera de salir del océano rojo es creando tu propio océano azul, y para hacerlo debes crear una tabla de innovación: ahí es donde el diseño ayuda a llegar al océano azul, viendo todo relacionado con la experiencia del momento”, alega Ramírez, ponente del 1er Festival DEV Diseño para la Gastronomía.
Cómo se come el diseño
Katiuska Ramírez dice que el diseño juega un papel importante desde que estás en internet buscando opciones para comer, porque “ya tu cerebro está creando una expectativa de la experiencia”.
“Cuando vas al lugar debido a esas expectativas, es importante que se cumplan. Tienes la primera experiencia real con la parte visual, porque primero comemos con los ojos”, explica la estratega.
“Luego comienza la experiencia olfativa. Sientes los aromas del lugar. El 80% de los que percibimos lo hacemos a través del olfato, y esa experiencia olfativa se convierte en una realidad en tu cerebro que comulga con lo visual, con el diseño, con el espacio, con la iluminación, con los colores del lugar, con todo lo que puedas visualizar”.
Ramírez recuerda que los sonidos propios del sitio y la música elegida para el ambiente también es fundamental.
“Desde que ponen en tu mano un menú: su textura, lo que estás leyendo. Todo eso forma parte del diseño del ambiente, de la experiencia”. Incluso, Katiuska habla de los negocios gastronómicos hechos en casa. “Hay que cuidar desde el instante que la persona busca el producto o realizas el delivery. Cómo llega el producto, cómo se abre el empaque, el sonido, cómo se percibe”.
Comparte el conocimiento
Además de su próxima participación en el Festival de Diseño para la Gastronomía, Katiuska Ramírez dicta talleres para explicar la cocina desde el negocio, como el que dictará unos días antes, el 23 de noviembre.
“Esto es un conjunto de llevar números, moldear y desarrollar un plan, crear vivencias, escoger el personal y entrenarlo, desarrollar un menú, cómo presentarlo, cómo hacer un ambiente, elegir sillas y utensilios… Es complejo el tema gastronómico, por eso es interesante el tema de diseño gastronómico.”
“En el taller llevo a las personas a no pensar como panaderos, pasteleros, cocineros; esto es un negocio y debes pensar como empresario. Hay que saber de mercadeo, sociología; conocer tus valores para formar un concepto y crear un buyer persona”, sentencia la especialista.
Al camino del héroe
En su ponencia en el Festival de Diseño Gastronómico, Katiuska Ramírez quiere “llevarlos a todos por el camino del héroe. Que vean cómo desde los errores, siendo objetivos y teniendo una visión clara de quién es tu cliente y la experiencia que quieres darle, puedes lograr que el héroe consiga su tesoro, que es una experiencia única y especial”.
Ramírez busca “despertar la necesidad de poner la vista en el diseño más allá del empaque, del logo, del nombre, para que sea una experiencia. Que vean lo importante de tener un concepto y diseño cónsono con lo quieren”.