Moda

Papusa cumple 15 años de diseño honesto que resuena en otras personas

Desde las franelas bordadas que se vendían en Guayoyo a las que formaron parte de las protestas como «El que se cansa, pierde», forman parte de su historia.

«Es difícil decir cuándo nació Papusa», reconoce Gabi Valladares, creadora de la marca de vestimenta, quien estima que los inicios se remontan a finales del año 2005, cuando, fastidiada de no conseguir franelas con motivos estampados que le gustaran, decidiera diseñarlas ella misma.

En aquel entonces trabajaba como directora de arte en HBO Latinoamérica. Iba a la oficina ataviada con sus franelas cosidas, pintadas y bordadas totalmente a mano. Sí, gustaron mucho y sus compañeros comenzaron a solicitárselas por encargo.

Cosida y bordada a mano. Fotografia: @ramfotografia
¿Recuerdan el Mercado Guayoyo?

Por aquellos años Lucía Lizardo creó Guayoyo, y con él una movida que originó la proliferación de los mercaditos de diseño en todo el país.

En Guayoyo, los diseñadores caraqueños comenzaron a exhibir y vender sus productos. PaPuSa formó parte de la segunda edición, con prendas únicas artesanales, para los que creaba personajes con historia.

Valladares comenta que «estuve produciendo a mano durante uno o dos años. Alrededor de 2008 comencé a hacer serigrafía para poder crecer».

También indica que comenzó con temas más universales. Luego fue que pasó a la venezolanidad.

Araguaney. Fotografia: @genesiscabrerav
Señora arepa

Cuando PaPuSa arribó a la década, lanzó Señora Arepa, uno de los diseños más populares de su catálogo, el cual fue precursor, pues en ese momento los venezolanos en la diáspora aún no habían caído en cuenta del poder cultural que posee el ícono de Harina P.A.N..

El proceso creativo de Gabriela Valladares no se rige por modas, ni por temporadas, sino por la motivación personal. En el caso de la «Señora Arepa», el impulsor fue la efervescencia política que la llevó a plantear un diseño que mostrara «el orgullo de lo que somos».

Pionera: Señora Arepa. Foto Cortesía: Valentina Quintero.

Entonces, surgió la idea de la arepa, pero no como el círculo con las tres rayitas que marca el budare. «Cuando cerraba los ojos, lo que veía era el paquete de Harina PAN, que siempre me pareció un símbolo pop», relata y prosigue: «Si Andy Warhol hizo famosa la lata de sopas Campbell, ¿por qué no estampar en una franela amarilla, a nuestra negrita?», se preguntaba Valladares.

El atrevimiento provocó en 2010 que los abogados de las Empresas Polar la contactaran para indicarle que no podía usar la imagen de la marca. A la diseñadora le tocó consultar con especialistas en propiedad intelectual y luego explicar que su intención era resaltar lo bueno del país.

Afortunadamente, en Polar entendieron su intención y le dieron su aval. «Aprendí un montón a raíz de ese episodio», nos dice. Lo increíble es cómo en la actualidad, la negrita de la Harina PAN es una de las marcas venezolanas más reproducidas por los venezolanos dispersos por el mundo en los más diversos formatos.

Cuando la marca inició los temas locales, se sumaron motivos como Araguaney, Guacamaya, la Vaca Mariposa y Ceci (la pereza), entre otros.

Ceci (la pereza). Fotografía: @genesiscabrerav
El que se cansa, pierde

Las franelas de PaPuSa no aparecen por capricho, pues son piezas con concepto, siempre portan un contenido que es consecuencia de un proceso de maduración creativa.

Tal es el caso de Une los puntos, que se hizo famosa como la «franela de Leopoldo López»; que también tiene el lema «El que se cansa, pierde».

«Siempre uso las cosas que me inspiran. Cuando era chiquita, me encantaban los pasatiempos en los que aparece un dibujo luego de unir los puntos numerados. De allí nació la idea de unir los puntos para formar el mapa del país», relata Gabi Valladares.

Fotografía: @ramfotografia

La franela se vende con un marcador lavable que permite unir los puntos y luego borrar el trazo con una lavada.
La misma se hizo reconocida cuando Leopoldo López se entregó con una puesta. De por sí, ya era una prenda que muchos marchantes lucían en las protestas, pero a las pocas horas del suceso protagonizado por el líder del partido político Voluntad Popular, Mercado Libre estaba inundado de copias de la franela de PaPuSa.

A efectos de reconocer una auténtica PaPuSa, la misma debe contener el corazoncito, su icono registrado, en algún lugar del estampado. No siempre está ubicado en un sitio evidente.

Caracas. Fotografía: @genesiscabrerav 
Los clásicos

A lo largo de los 15 años, la marca acumula unos 89 modelos y se enorgullece de clásicos como Los pulmones y el Ticket aéreo. Este último, trata de la diáspora, pero a través del boleto de regreso.

«Ese modelo es una alegoría del momento de oro de la aviación venezolana con Viasa, que era orgullo nacional».
También han habido algunos rediseños, como ha ocurrido con las tres ediciones de Caracas, o el caso del originalmente llamado Escudo, que pasó a ser República.

Los pulmones. Fotografía: @genesiscabrerav  
Mano productiva

PaPuSa no pierde su esencia artesanal, reconoce Gabi Valladares, quien crea el patrón y hasta el tipo de costura que se empleará en cada prenda, que es fabricada en cien por ciento algodón peruano y es estampada con serigrafía.

Para la diseñadora es importante la durabilidad, pues cree en el slow fashion.

PaPuSa en varios modelos para toda la familia. Fotografía: @genesiscabrerav  
Fiesta de quinceañera

Para celebrar los 15 años, a partir del 15 de noviembre, PaPuSa venderá a 15 dólares, 15 de sus diseños en diferentes versiones: con mangas, sin mangas, para mujeres, hombres y niños.

A finales de mes, organizará «una fiestica» con sus amigos y ya para inicios de diciembre, lanzará una línea de ocho vestidos, titulada Global, que se inspira en un vestido hecho por refugiadas tibetanas en Nepal, que serán elaborados con tela traída de Cuenca, Ecuador.

Tal estreno será acompañado por otra novedad: una franela asimétrica que representa el cierre de un ciclo personal, pues ha surgido a raíz del cáncer de seno superado por Gabi Valladares. «En este diseño abordo la belleza de la asimetría, y forma parte de una etapa pasada».

Ariana Arteaga, amiga e imagen de PaPuSa. Fotografía: @ramfotografia

Gabi Valladares siempre tiene ideas, algunas que toman forma de inmediato, otras, que deja reposar. Desde hace 9 años hace dupla con Marcello Botto, arquitecto, cuyos aportes creativos siempre enriquecen o brindan un giro.

Esas ideas han ido alimentando la marca. «Siempre muestro lo que me mueve. Como soy bastante rebelde, no me rigen temporadas», nos dice Valladares, que mantiene la venta tanto en su tienda física Siete al Cubo, como en la tienda online, con las que las PaPuSa han comenzado a dar la vuelta al mundo.

Hace quince años, PaPuSa era un emprendimiento más en el mercadito Guayoyo. En la actualidad, es sobreviviente tesonera y referencia obligatoria en el diseño de indumentaria de nuestro país.

Más info

@papusanet

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