La profesional creativa equilibra los diferentes aspectos del interiorismo, que va mucho más allá de la decoración, impactando positivamente en la vida de las personas.
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Este año el día mundial del diseño interior se celebra el 25 de mayo. Es una efeméride de fecha variable creada por IFI (Internacional Federation of Interior Architecture/Design) para resaltar el valor de estas disciplinas que inciden en la calidad de nuestra vida cotidiana.
Con el ánimo de poner sobre relieve la fecha y la profesión que impulsa, conversamos con Ana Volante, que ha destacado por ser una empresaria proactiva, pues con su estudio, más allá de los servicios de interiorismo, también ofrece su propia línea de mobiliario que ya habíamos reseñado brevemente y una programación cultural que va desde las charlas en su estudio, hasta la promoción de iniciativas de mayor alcance, como lo fueron “Compendio”, que tuvo lugar en el marco del Caracas Design Week 2023 y la muestra colectiva “Creadoras” que se escenificó en la Galería de Arte Nacional.
De hecho, Ana Volante afirma que en su espacio, “se vive el arte”, mostrando los talentos infinitos que tenemos en el país.
El apogeo del diseño interior
Ana Volante considera que el diseño interior está viviendo un momento importante, porque ya no se percibe como un lujo: “En pandemia, la gente pasó más tiempo en su casa y se dio cuenta de que ésta debe ser un espacio funcional, confortable y estético”, afirma.
Bajo su supervisión laboran más de diez arquitectas y diseñadoras que conciben desde proyectos residenciales, hasta espacios comerciales entre los que resaltan los restaurantes, siempre, integrando el arte y accesorios “curados”.
Uno de sus proyectos destacados recientes, ha sido Fresh Fish, desarrollado en conjunto con la dueña, Marianella Morrison y el arquitecto Marco Antonio Troconis, que destaca la labor de Volante Studio en el terreno comercial, aunque en su día a día también atienden proyectos residenciales.
El bienestar
La fundadora de Volante Studio asevera que el diseño interior influye en la calidad de vida de las personas, por lo tanto, el profesional de esta disciplina debe investigar cuáles son las necesidades y el comportamiento humano, para optimizar el entorno y lograr bienestar.
“Hay que entender el espacio, a qué tipo de público se dirige… hay mucho que evaluar. Eso, afortunadamente, se ha empezado a entender”.
Sus propuestas siempre incluyen arte, pues tiene la certeza de que influye en la calidad de vida de las personas.
Como mujer, Ana Volante señala que afortunadamente, no ha tenido obstáculos en el diseño interior, ni en el arte: “Valga decir que en nuestro país la cultura ha sido principalmente femenina, pues hemos tenido muchas directoras de museos”.
Consejos para presupuestos reducidos
El diseño interior suele percibirse como caro, e inaccesible para muchos bolsillos. No obstante, la diseñadora asevera que es lo contrario, porque “con poco presupuesto, conviene contratar al profesional que le dé el mejor uso a los recursos, a nivel de costo, calidad y función”.
Para Volante, sus colegas están capacitados para orientar al cliente dónde van a invertir. “Me han llegado personas con espacios que no funcionaron por hacerlos por su cuenta”, revela y concluye: “zapatero a sus zapatos”.
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Recomendaciones para viviendas pequeñas
Si el problema es que el residencial es de pocos metros cuadrados, Ana Volante nos obsequia los siguientes tips:
- Uso del color: tonos claros como mostaza, beige, azul claro o neutros como el gris en las paredes que brinden la sensación de amplitud visual.
- Buena iluminación: balancear la luz natural con la artificial, equilibrar la luz cálida y la fría. Las ventanas ayudan bastante.
- Adecuada distribución del espacio.
- Muebles a la medida con almacenaje incorporado. Puede ser útil una pared multifunción.
- La biofilia: la incorporación de plantas en ciertos puntos puede brindar calidez a un espacio pequeño.
- Cuidado con la proporción del mobiliario: evaluar anchos y alturas en relación con el espacio.La reconocida consigna funcionalista: “menos es más”. Es preferible un objeto decorativo grande que varios chiquititos, como un florero rotundo con dos orquídeas, para limpiar visualmente las superficies.