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Cuatro marcas de alimentos con iconos memorables para los venezolanos

Las marcas Diablitos Underwood, Leche Carabobo, Once-Once y Chicha El Chichero exhiben iconos entrañables para el consumidor. Dos de ellos son personajes con nombres propios.

Serir «Diseño de marcas venezolanas»

Año 1896. Llega un barco a Puerto Cabello con el primer cargamento de Diablitos Underwood.

Un año antes, durante un viaje a los Estados Unidos, el presidente venezolano del momento, General Joaquín Crespo, probó la conserva de jamón con un toque picante creado por el inglés William Underwood en 1820.

El señor Underwood creó en Boston una empresa de alimentos conservados en frascos de vidrio que luego sustituyó por las latas. El llamado «jamón endiablado -devil ham-» se convirtió en su producto estrella.

Y los Diablitos se nacionalizaron

«El diablitos», como se le llama popularmente, experimentó un proceso de apropiación culinaria, convirtiéndose en un sabor «tradicional» de la cocina venezolana.

Su éxito comercial en nuestro país motivó la apertura de Diablitos Venezolanos C.A. (Diveca) en 1960, con un planta en Cagua, estado Aragua. Desde ese momento, pasó a ser un producto hecho en Venezuela.

En 1997, Diveca fue comprada por Pillsbury, empresa que fue adquirida en 2001 por General Mills, que a través de la denominación Alimentos Difresca, continúa fabricando Diablitos Underwood.

La marca más antigua en vigencia

En su página web, Diablitos Underwood se autoproclama como la empresa de alimentos con el identificador gráfico más antiguo de los Estados Unidos aún en uso.

Según su recuento histórico, la marca que incorpora el ícono del diablo en cuerpo entero fue registrado en 1870.
Su primera versión mostraba un demonio de pie con los brazos en alto. Sobre todo resaltaban sus largas garras y una cola rematada por una letra «W» que aludía al nombre de pila del creador del untable.

En su evolución formal pasó del blanco y negro a ser coloreado en rojo, siempre en la misma pose frontal, hasta 1968, que es cuando se solicita a Robert G. Neubauer Inc. [American Trademarks Designs, 1976], su rediseño para poner a tono la imagen con la estética del momento.

Por fin el diablo fue modernizado, convirtiéndolo en una síntesis gráfica a la que se le eliminaron las garras y se le añadió el tridente que blande en una mano, mientras que con la otra, parece saludar, también se le aplicó un característico color rojo plano.

Este rediseño ha acompañado a varias generaciones de amantes del Diablitos en Venezuela.

Muuy conocida

¿Qué venezolano no conoce a «Mamá Carabobo»?, que es como usualmente se le llama a la efigie de la vaca sonriente que se asoma en una «C» que es inicial de la marca.

La leche Carabobo nació en 1949 como principal producto de la Industria Láctea Carabobo (Inlaca), en la que un grupo de ganaderos encabezados por Iván Darío Maldonado se asoció con el grupo estadounidense International Basic Economic (Ibec), propiedad de la familia Rockefeller. En 1972, Inlaca pasó a ser cien por ciento nacional, pues Ibec vendió su parte, pero más adelante, pasó a manos de la neozelandesa Fonterra. En 2019 fue adquirida por Mirona Food.

A lo largo de la trayectoria de lácteos Carabobo, sus diferentes propietarios han mantenido el icono de la vaca y los colores azul y rojo distintivos de la marca, que según la investigación que José José Villamizar realizó para el libro Venezuela CMYK, eran utilizados en 1967, pero no sabemos si nació ese año o antes.

El niño del panqué

El 11 del mes 11 (noviembre) de 1960, el ingeniero Rosendo Rondón fundó en Chacao la empresa Once-Once para hornear el panqué que todos llevamos alguna vez al colegio en nuestra lonchera.

Si sacamos las cuentas, Once-Once cumplirá 61 años, pero no sabemos si el personaje que lo representa, llamado «Oncito», es igual de longevo.

«Oncito» es el icono del niño que lleva puesto un llamativo enterizo que parece pijama, complementado por una pajarita y una gorra. Es una gráfica que han mantenido con el mismo estilo a lo largo de la historia de esta fábrica que desde hace años se halla en La Victoria.

Todos reconocemos a Oncito, pero no sabemos quién fue su creador. Lo interesante es que el personaje se mantiene más vigente que nunca, pues es muy visible en las redes sociales de Once-Once, hasta el punto de que recientemente lo convirtieron en un divertido filtro para Instagram.

El chichero más querido

¿Sabías que el chichero de la marca homónima se llama Pancho? Todos los venezolanos lo conocemos como el hombrecito de sombrero de «cogollo» dibujado en tonalidades azules que endulzó con su presentación pasteurizada la vida de muchos.

La marca originalmente la creó Indulac, Industria Láctea Venezolana, y luego pasó a manos de Parmalat, que aún la ostenta y solicitó hace unos años el rediseño que sustituyó el sombrero típico por una gorra como de beisbolista, y los «cartones de chicha» en sus brazos por un cucharón que vierte la espesa bebida en un vaso. Es decir, es una versión de los vendedores de chicha en marchanticas que se multiplicaron como arroz en el siglo XXI.

Recordamos la polémica que se levantó en las redes sociales ante el «cambio de look» de Pancho, el cual ha sido jusificado por la empresa como una modernización de la marca dirigida hacia la generación «millenials».

Para la historia del diseño gráfico venezolano aún hay que indagar quién lo creó, pero lo cierto es que en el libro Venezuela CMYK, se indica que Indulac solicitó el registro de la marca en 1997.

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