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Entrevista a Ricardo Blanco sobre la creatividad del diseñador argentino

Hay entrevistas que no tienen desperdicio, como la que le realicé al arquitecto y diseñador argentino Ricardo Blanco, quien también destacó como curador.

Por Elina Pérez Urbaneja.

Hay personalidades que son referencia en su especialidad. Ricardo Blanco fue una para el diseño industrial argentino.

Estudió arquitectura, pero destacó como diseñador de más de 400 sillas, fue uno de los creadores de la carera diseño industrial en la FADU-UBA (Universidad de Buenos Aires) y también fue curador. Blanco falleció en el 2017 a los 77 años.

Lo entrevistamos en 2011, en ocasión del lanzamiento del libro Diseño Industrial Argentino, editado por la Editorial Franz Viegener, perteneciente a las empresas FV y Ferrum.

Parada de bus diseñada por Ricardo Blanco.
La entrevista

«Este libro presupone una especie de corte en el tiempo de todo lo que pasó hasta el momento, pero enfocado desde la perspectiva de los diseñadores, que es una línea de promoción que he venido siguiendo desde hace muchos años. Digamos, más que presentar los productos, lo que buscamos fue mostrar la actividad del diseñador», indicó a manera de introducción Ricardo Blanco, quien estaba acompañado en el momento de la entrevista por Virginia Campodónico, representante de FV y Ferrum.

¿Entonces en el libro está volcada la óptica del diseñador?

Sí, la obra de cada uno de ellos está presente. En otro libro que se llama La cronología del diseño industrial, trato de referir la secuencia histórica, pero este, viste, se organizó por orden alfabético y por nombre de los diseñadores.

¿El libro La cronología del diseño quién lo editó?

La Facultad de Arquitectura de la Universidad Buenos Aires.

¿Entonces la óptica es diferente?

Sí, y no tiene que ver con el concepto de diseño de autor que está en boga, sino para darle reconocimiento profesional a mucha gente que trabajó en tiempos en que era más difícil que ahora trabajar en diseño.

BKF, un clásico argentino.

¿Qué otros aportes ofrece este libro en Argentina?

Yo creo que este libro muestra que hubo años en que la Argentina pudo producir productos de diseño comparables con los del primer mundo, pero como todo en nuestros países, las situaciones sociopolíticas a veces se modifican. Quiero que quede claro que no es la creatividad la que se ha cortado o modificado, sino las condiciones del medio, hoy en día hay productos más simples, de poca complejidad, mientras que hubo épocas en que se produjeron televisores, radios y elementos más competitivos para el mercado, mientras que hoy es más difícil. No obstante, hay que decir que no está en el libro reflejada gente que está trabajando con maquinaria agrícola o con equipos de medicina, es decir, con tecnologías complejas y el diseño industrial se está desarrollando bien en esos lugares.

¿Es decir que en el libro no se refleja el diseño industrial más unido a la ingeniería?

Claro, esa parte no salió tanto, que es la que los medios menos publicitan o promocionan y eso te lo digo a vos con cariño, que eres periodista. Los periodistas van a reseñar muebles, manteles, saleros y no una cosechadora.

Gui Bonsiepe menciona que los muebles son los productos estrella…

Sí, el mueble es un viejo lugar donde todos nos desarrollamos sin demasiados problemas. Sin embargo hay muebles de alta producción que son creados de forma distinta. Los diseños más delirantes, son los que les atraen a las revistas.

El libro tuvo como condición que se mostraran fotografías de productos, no renders ni proyectos, sino cosas ya realizadas, aunque algunos son prototipos. Hoy en día el render está cubriendo muchas páginas de objetos que no existen.

Magiclick, diseñado por Hugo Kogan.

Si nos enfocamos en lo productos para el hogar creados en Argentina, la silla BKF ocupa la cúspide ¿Cuáles son los atributos que la llevaron a ese lugar?

Hay dos niveles. Uno, la promoción internacional que tuvo casi natural, pero para mí BKF acusa elementos del diseño argentino bastante claros en cuanto al uso de materiales y la tecnología que mejoran el producto. Pensemos que en 1938 cuando la gente se sentaba de una forma más rigurosa y formal, BKF los liberó y desde el punto de vista estético-formal BKF simplifica y le da gran valor estético a un invento inglés que es la silla plegable. Entonces la calidad estética, la simplicidad productiva y la ampliación de las condiciones de uso son tres valores que este mueble argentino tiene en cuenta.

Luego de BKF qué otros productos para el hogar han dejado profunda huella en Argentina?

No podemos negar el Magicklic que se convirtió en un genérico para cualquier encendedor de esas características y ese es un valor que pocas veces se consigue. Y después hubo radios como Giulia y los televisores de Noblex que tuvieron gran penetración en el mercado.

Y en ese momento creo que comparativamente con lo que se estaba haciendo en Italia, no estábamos tan lejos y habla de nuestra cultura europeísta.

En los años 60-70 hubo una interesante producción de electrodomésticos. A nivel formal ha conseguido un sello argentino o la tendencia es muy europea

La tendencia es más europea o universal. Salvo unas cosas muy esporádicas, no hubo la intención de generar un estilo argentino. Incluso para los más veteranos eso fue muy raro porque iba en contra de los ideales de modernidad, y la modernidad era internacional. Todos los diseñadores que hicieron escuela acá eran de esa tendencia.

¿Y los diseñadores jóvenes mantienen esa escuela o se han volcado a la búsqueda de la identidad local?
En las pequeñas producciones hay como una intención de búsqueda de identidad en los materiales o en algunos objetos de uso como el mate.

El mate es un producto artesanal de material natural o de producción muy masiva y eso no había cambiado. Ahora el 30% de los diseñadores jóvenes están trabajando sobre el mate.

Estudio Usos, Puna.

¿Cómo se está manifestando la tendencia del diseño de autor en Argentina?

Ahora el producto acá aparece con el nombre del diseñador, esa tendencia ha posicionado al autor, lo cual no está ni bien ni mal. Yo diría que en el año 2000 más o menos, se acabaron los estilos nacionales e internacionales. Es muy difícil hablar de diseño italiano cuando hay 4500 diseñadores trabajando en Milán para Italia o para otro país, así como se acabó el diseño escandinavo, como valor y apareció el diseño de autor como concepto.

¿En los años recientes cuáles son los materiales predominantes para los productos del hogar?

Depende del objeto, pero yo creo que el futuro está en la manera de producir los objetos con las máquinas de prototipado rápido o los «routers» cualquiera con cierto entrenamiento puede hacer un diseño hasta en su casa.

En Argentina la madera maciza sigue teniendo validez para los muebles y las placas para la producción masiva. Las maderas más usadas son algarrobo y cedro, mucho viene de Paraguay. No hay política clara para el uso de la madera como sí la hay en Brasil y con los enchapados hay dos tendencias: los claros (wengé) y el claro (haya).

Biblioteca Cerco, Federico Churba.

¿Y el uso del cuero en la industria del mueble?

A pesar de que cada vez hay menos talabarteros, hay gente que trabaja el cuero grueso. Durante los últimos años ha aparecido gente joven de diseño en el interior, como los de Usos, que están en la Puna, en el noroeste, cerca de Bolivia. Ellos usan cueros y maderas del lugar, que son diferentes a las de otras regiones. Trabajan maderas robustas con obreros que poseen capacidades artesanales.

¿En qué otras regiones hay un diseño resaltante?

En el sur, en Bariloche y en San Martín de Los Andes utilizan lenga, que es una madera abundante del lugar. Tiene una posibilidad de lustre adecuado.

En cuanto a los fabricantes ¿qué empresas destacan en emplear diseño para los productos para el hogar?

El grupo empresarial Ferrum que produce grifería para el hogar, es una empresa de alta producción. Ellos están en un campo de competición internacional, y por ello tienen investigación y desarrollo para tener presencia en el mundo.

Tienen el premio Good Design otorgado en los Estados Unidos y el Sello de Buen Diseño en Argentina.

¿El público general ya tiene noción sobre cómo el diseño argentino forma parte de su cotidianidad?

No se siente aún eso, aunque recientemente se esté imponiendo el diseño en áreas como la decoración, que antes involucraba sólo a arquitectos y decoradores y ahora está integrando el diseño argentino.

Esta orientación se está viendo en Casa Foa, un evento anual de decoración que comenzó con estilo barroco y rococó, y ahora se le ve otro enfoque de diseño.

Silla, por Alejandro Sarmiento.

De los diseñadores jóvenes ¿cuáles considera que tienen mayor empuje?

Hay un diseñador bastante particular que es Alejandro Sarmiento, muy de vanguardia y experimental que está trabajando acá y en Brasil, y por otro lado está Federico Churba que ha puesto un local propio que mantiene la tradición del buen diseño de muebles para interiores: sillones, mesas… aún es muy joven. Ambos estudiaron diseño industrial.

Hay dos Churbas, es el más joven del que yo hablo. El otro fue conocido en los 60.

¿Todos los presentes en el libro son diseñadores industriales?

Los primeros éramos arquitectos porque no existía la carrera, pero los más jóvenes son diseñadores industriales.
En la UBA hay un postgrado en diseño de muebles. Y en la Universidad de Córdoba hay una experiencia similar que se hace en conjunto con la industria.

¿Y cuál ha sido su aporte al diseño argentino?

La cantidad de cosas que hice creo que lo han impulsado. Más de 300 sillas diseñadas y producidas generan impacto, aunque no sean buenas. Ya desde la Facultad de Arquitectura los maestros me fueron orientando hacia el diseño de muebles y asientos.

¿De su generación quién más está resaltado en el libro?

Está Roberto Napoli, Churba, son colegas, hemos trabajado juntos. Está Juan Cavallero que es diseñador de Ferrum, si bien tuvo mucha actividad como gráfico, haciendo publicidad y fotografía, en los mediados de los 90 se comenzó a orientar al diseño industrial.

¿Cómo fue el proceso y los criterios de selección de los diseñadores para el libro?

Estoy en contacto con varias generaciones de diseñadores y ya tenía bastante clara la idea de cómo se ha desarrollado la historia del diseño en Argentina. Quizás unos 10 o menos que por razones de no tener documentación o por vivir fuera del país y no poderlos localizar, quedaron fuera.

El libro tuvo dos ediciones. Vale comentar que la recaudación por ventas fue donada como parte de las labores de responsabilidad social de las empresas patrocinante.

Luego del fallecimiento del investigador y autor, la Editorial Franz Viegener publicó RIcardo Blanco, diseñador.

Publicado originalmente en el suplemento Espacios de El Nacional en el año 2011.

Más info

http://www.libroricardoblanco.com.ar/

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