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ANTIlogía: Los primeros resultados de la apuesta del IDC en la Moda

Con un desfile cuidadosamente producido, el Instituto de Diseño de Caracas presentó los trabajos de 15 estudiantes de la Escuela de Moda, su más reciente oferta académica.

Por Sam Salazar Morales.

Quienes hacemos vida en el mundo de la moda venezolana, hemos estado atentos a la interesante apuesta que representó el que el Instituto de Diseño de Caracas (IDC) abriera su Escuela de Diseño de Modas, además en medio de la incertidumbre que representaron el post-apagón y el inicio de la pandemia del COVID-19. Una novedad que venía a unirse a la creciente oferta académica para el sector en años recientes, que junto a los estudios de nivel técnico de los otros institutos universitarios, incluye además los múltiples programas en negocios del IESA y más recientemente a la Academia de Moda (ADM) de la UCAB.

Es por ello que desde el primer momento, recibir el vídeo y la tarjeta digital de invitación al “Fashion Show” de ANTIlogía, despertó el interés de quienes fueron convocados; desde la gráfica cuidadosa del diseño y el dresscode “exprésate con la moda”, hasta la locación en la emblemática capilla de la Escuela de Enfermería de la UCV en Sebucán. Recibir la tarjeta física fue otra muestra del nivel de atención al detalle, que evidenciamos una vez que la lluvia de ese viernes 1 de septiembre nos dejó llegar: Un montaje con un nivel de producción, que por lo general no está al alcance de nuestro verdadero diseño, en un sector moda conformado principalmente por marcas soportadas por empresas pequeñas y medianas.

La consigna “lo que nunca nadie quiso hacer”, impresa en los abanicos de cartón que nos esperaban en cada asiento, cobró forma desde antes de que comenzara el desfile. Tanto los invitados como incluso la asignación de los asientos, parecían pensados por los estudiantes y profesores detrás de la organización del evento, para reflejar el presente y futuro de la moda venezolana; un crisol de diversidad que iba de lo más conservador a lo más disruptivo. Más de un “hola” era respondido con un efusivo “¡Que buena convocatoria! ¿Verdad?”.

Con la presentación de Tony Daza, figura clave de nuestra moda contemporánea, el desfile también fue una muestra de esa misma diversidad. Con estudiantes desde el tercer semestre (primero de la especialidad moda) hasta de tesis, los looks presentados fueron una muestra de variados niveles de diseño y ejecución técnica: Propuestas más bien ingenuas y literales, junto a otras de una concepción más profunda y con un buen nivel de confección, que lograban además mantener un balance entre estéticas arriesgadas y cierta potencialidad comercial.

Aunque en pocos minutos, el desfile fue una muestra interesante del talento naciente de las próximas generaciones de la moda venezolana, que dejaron en evidencia su ambición a la hora de crear. También sus distintos abordajes de la identidad venezolana y tropical a la hora de traducirla en los colores, siluetas y texturas de sus prendas, una consideración esencial en una era donde la glocalidad en el diseño parece ser la respuesta frente al creciente cruce de multiculturalidad y transculturalidad.

Mientras algunos looks mezclaban colores cálidos (incluso en forros) con siluetas muy contemporáneas, otros apuntaban a códigos estéticos más bien lejanos a nuestra tropicalidad: Piezas muy estructuradas y en telas gruesas, junto a algunos homenajes a la colección “Highland Rape” de Alexander McQueen. Una reflexión interesante que tomo de una conversación en días posteriores con otra invitada, que hasta percibió cierta agresividad en algunas de las propuestas, así como incluso la manifestación de un anhelo intrínseco por una identidad alejada de la nuestra.

Conversando luego del desfile con la diseñadora Marïa Fernanda Pulgar, profesora del IDC y tutora de las estudiantes de tesis, nos comentaba cómo este gran evento había sido un esfuerzo del Instituto; los estudiantes no incurrieron en gastos adicionales para la producción de este Fashion Show (más allá de lo que implicó confeccionar sus prendas, supongo). 

Comentaba con @MauroEsModa y conmigo cómo el perfil del estudiante de diseño ha venido cambiando, cómo el deseo de hacer moda no está solo en los estratos más privilegiados de nuestra desigual sociedad actual. Es otro reto de un sector moda que cada vez necesita más unión, el trabajar para que proveedores de telas y materiales, entidades financieras y otros actores económicos, vean el apoyar a los estudiantes de moda como parte del impacto social de sus estrategias de sostenibilidad.

El IDC parece estar también trabajando para crear puentes y estimular esa unión del sector. Así como diseñadores, relacionistas públicos, asesores, periodistas, personalidades y otros, fuimos invitados a ANTIlogía, también lo fueron las directivas de los otros Institutos de Diseño y entes de formación; aunque a la mayoría la fecha le coincidió con viajes, allí en primera fila estuvo Vanessa Farina, mi Directora en la Academia de Moda UCAB.

Para beneficio de todos, ANTIlogía nos deja un último ingrediente. Durante el cóctel posterior, conversaba vía Whatsapp con un amigo que finaliza sus estudios de moda en otro instituto, interesado en todo lo ocurrido; “en el mío nunca hacen algo así” fue su último mensaje. Ojalá se entienda que la competencia sana también es parte del buen diseño, del estímulo a la creatividad y del crecer juntos como sector.

Solo quedan felicitaciones para este primer gran fruto que el IDC deja para nuestra moda venezolana, así como aplausos al gran trabajo de cada profesor y estudiante que hizo posible cada una de las aristas de la producción de ANTIlogía.

Mas info:

@ssmbranding

@samsm85

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