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Diseñador merideño asesora proyectos para la exploración espacial

Juan Carlos Chávez está participando en un equipo de investigación espacial y acaba de diseñar un guante de asistencia de emergencias para astronautas.

Se puede decir que Juan Carlos Chávez está trabajando en la conquista del espacio, pues es asesor de Mars Society.

Chávez es diseñador industrial egresado de la Universidad de Los Andes, cuya carrera se ha alejado de los linderos estéticos para enrumbarse por los de la ingeniería: lo suyo es la aplicación de metodologías para aplicar diseño a la tecnología.

Viajó a los Estados Unidos en 2020 para estudiar inglés, un poco antes de que se declarara la cuarentena por la pandemia de Covid-19. Al quedar retenido en suelo norteamericano, comenzó a revisar ofertas laborales. Actualmente vive en Atlanta, pues fue llamado para trabajar en una empresa de ingeniería.

Sus antecedentes laborales se remontan a los consultores de la escuela de ingeniería industrial de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas, y luego como profesor de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC), para la carrera de Ingeniería Industrial en el Perú.

Su ingreso al mundo espacial fue justamente en el país andino, cuando participó por la UTEC en el desarrollo de un simulador de las condiciones atmosféricas del planeta Marte, para probar el cultivo de la papa en ese planeta. Este fue uno de los proyectos que participó en la categoría de investigación de la Bienal Iberoamericana de Diseño.

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Aún en Marte

Desde aquel momento, Juan Carlos Chávez asesora como diseñador industrial proyectos de investigación para la exploración espacial que están siendo seleccionados en diferentes publicaciones científicas.

En el presente, ya radicado en los Estados Unidos, ha sido invitado a formar parte de un equipo conformado por hispanos, cuya directiva y logística sigue en Lima. El único diseñador en el equipo es Chávez, porque el resto son ingenieros de diferentes áreas: mecánica, biomecánica, robótica.

Su aval fue el trabajo desarrollado junto a Julio Valdivia, principal referencia científica del Perú, para el simulador de las condiciones atmosféricas marcianas.

Lo eligieron por sus capacidades en diseño, pues «sin diseño no se puede hacer nada. Primero me nombraron asesor del grupo y luego pasé a ser investigador, fue algo que surgió espontáneamente, no lo busqué», aclara el diseñador industrial merideño.

«Me enviaron una carta con todo el protocolo de invitación y fue muy bonita la receptividad del equipo multidisciplinario, pues somos pocos los elegidos que estamos fuera del Perú».

El primer proyecto fue un pez biónico para capturar muestras de las profundidades marinas de Europa, la luna de Júpiter.

Vista isométrica del guante.

El segundo, plasmado en un paper publicado recientemente, es un guante de asistencia de emergencias para astronautas en el manejo de rovers, el carro usado en el suelo marciano, asistidos a través de la mano. Un tercer artículo es el de un reloj que permite medir la temperatura y otros factores involucrados en el traje espacial.

El primero ha sido admitido para una conferencia en la India, el segundo ha sido enviado a Toronto y el tercero se va a introducir en otro país.

La idea es ir tomando los retos que proponen las instituciones que trabajan en el área de la investigación espacial y que abren oportunidades para presentar proyectos.

Vista isométrica del rover.
El diseño en los proyectos espaciales

Desde los años en los que se contrató a Raymond Loewy para diseñar el interior de las cápsulas espaciales, el diseño ha sido una pieza clave, por la interacción entre el problema y el producto, lo cual «es algo que el resto de los especialistas no manejan», afirma Chávez.

«Con mi metodología he desarrollado un proceso que integra diseño, ingeniería, electrónica y el contexto en el que se basa la propuesta, por lo tanto soy aliado metodológico y de diseño», comenta.

El segundo paper en el que ha trabado el venezolano es el el del guante para asistir a los astronautas en emergencias espaciales en la luna o Marte, en el manejo de los «rover», que son los carritos que usan los astronautas para movilizarse.

El guante tiene la siguiente función: si el astronauta se ve impedido por algún accidente, que le impide mover su cuerpo, solo con la mano puede manejar de forma autónoma el rover para regresar a una de las estaciones de habitáculos.

Este tipo de proyectos no son para la vida cotidiana en la Tierra, pero si son trascendentes para el futuro de la humanidad. Juan Carlos Chávez lo sabe y para ello está contribuyendo con lo que ama hacer: diseño industrial.

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