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Proyecto La Neumann: En Caracas se crea un Instituto de Diseño (parte 1)

Les presento el borrador para el primer capítulo de esta historia cuya investigción inicié en 2005, con entrevistas incluidas a algunos de sus protagonistas.
Por Elina Pérez Urbaneja

El acto comenzó a la hora exacta que indicaba la tarjeta. Eran las seis en punto de la tarde en septiembre de 1964 en la quinta Los Samanes de la urbanización La Floresta, cuando el presidente del Instituto Nacional de Capacitación Empresarial, doctor Oscar Palacios Herrera, y Hans Neumann, dueño de Pinturas Montana, dieron la bienvenida a los funcionarios gubernamentales, empresarios y periodistas invitados.

Tan pronto como Palacios Herrera inició su discurso, un aguacero comenzó a azotar las calles de Caracas. A pesar del ruido ocasionado por la intensa lluvia, el evento continuó desarrollándose tal y como se había pautado. Su objetivo fue anunciar públicamente la creación del Instituto de Diseño, producto de la alianza entre la Fundación Neumann y el Ince.

Como prueba de la inminente apertura del instituto, estaba presente el equipo de trabajo que tendría la responsabilidad de llevar adelante el proyecto. El diseñador industrial venezolano Argenis Madriz que fue traído desde los Estados Unidos para ocupar la dirección, el Coordinador Docente era el pintor Humberto Jaimes Sánchez.

Carnet con el primer logotipo del IDD, diseñado en 1964 por Gerd Leufert.

Entre el grupo de profesores contratados hasta ese momento destacaban figuras como Gerd Leufert, Nedo Mion Ferrario, Gego, Manuel Quintana Castillo, Guillermo Meneses y Luisa Zuloaga de Palacios, conocida en el medio cultural como la «Nena» Palacios.

Después de las palabras pronunciadas por Hans Neumann se ofreció un coctel donde los periodistas aprovecharon para entrevistar a los promotores de la institución educativa que comenzaría clases a mediados del mes de octubre de ese mismo año.

El Instituto de Diseño fue configurado en el taller de grabado de la Nena Palacios, centro de reunión de la élite cultural de Caracas a principios de los años sesenta del siglo XX. Los viernes y sábados se encontraban allí escritores, artistas plásticos, músicos, críticos de arte, coleccionistas, mecenas y todo aquel interesado en participar en las tertulias que le daban vida al espacio.

El empresario Hans Neumann era uno de los asiduos del lugar. El diseñador John Lange así lo recuerda:»A Hans lo conocí en el taller de la Nena Palacios. Ese era el sitio de reunión de todos los artistas relevantes de la ciudad, porque ella era una mujer generosa y tenía muchos amigos. Allí asistían siempre Alejandro Otero, Angel Luque, Luis Chacón… en fin, todos los artistas que querían hacer gráfica».

En ese entorno intelectual se gestaban obras y nacían proyectos. Entre ellos estuvo el Instituto de Diseño, según relata Aleida Quero, quien fuera secretaria del instituto y esposa de su segundo director, Humberto Jaimes Sánchez: «Todo comenzó en el taller de la Nena Palacios Zuloaga. Allí se reunía todo aquel que era ‘alguien’ en la ciudad y también las personalidades importantes que llegaban al país como Ava Gardner, Miguel Angel Asturias o Pablo Neruda. Allí nació la idea porque se discutió la necesidad de diseñar en el país los envases de Pinturas Montana, que en aquel momento se traían del exterior. Entonces Hans Neumann puso el capital inicial para crear el instituto, y el INCE, que en ese momento vivía su época de oro, brindó apoyo institucional y colocó la otra parte del dinero».

Máquina de impresión del taller del IDD en 1972. Tomada de grupo Facebook «Ex alumnos del IDD».

Hans Neumann decidió materializar el proyecto educativo a través de la Fundación Neumann, pero consideraba indispensable obtener un respaldo gubernamental. Entonces consultó a su amigo Oscar Palacios Herrera, cuñado de la Nena Palacios, sobre la posibilidad de que el Ince colaborara y fuera el enlace con el Estado venezolano.

El Ince fue creado el 15 de agosto de 1959, durante el período presidencial de Rómulo Betancourt como un organismo autónomo adscrito al Ministerio de Educación, con el fin de formar personal obrero para la industria venezolana. Su primer presidente fue justamente el doctor Oscar Palacios Herrera, quien durante su gestión impulsó el Programa Nacional de Aprendizaje que abrió una amplia gama de cursos de capacitación técnica, entre los que se pretendió incluir el diseño.

Luego de numerosas reuniones, se estableció una alianza entre la Fundación Neumann y el Ince para crear el Instituto de Diseño, el cual fue identificado con las siglas IDD.Palacios Herrera logró involucrar al Ministerio de Educación, entidad que nombró dos representantes para la primera Junta Directiva del instituto: Benjamín Mendoza y Félix Poleo, cuya presencia no duró por mucho tiempo. Los otros miembros de esa junta fueron Hans Neumann y su esposa Milada, Miguel Arroyo y el propio presidente del Ince.Aunque el aval gubernamental fue necesario, las bases económico-administrativas del IDD se asentaban sobre la Fundación Neumann.

La anécdota de este emblema creado por Leufert es tan curiosa como la propia historia de la institución. Fue su regalo para los graduandos de la primera promoción en 1968 y luego pasó a ser el identificador oficial.

La Fundación Neumann fue el resultado de la unión de la Fundación Lotar Neumann con el Fondo Cultural Hans Neumann, las cuales trabajaban en áreas diferentes desde 1959. Al respecto, explica Luis Enrique Alcalá, director de la Fundación Neumann entre 1968 y 1975: «La Fundación Lotar Neumann estaba especializada en el tema de la educación preescolar. Lotar (hermano de Hans) y su mujer habían asistido a un seminario organizado por Fipan -Federación de Instituciones de Protección al Niño-, cuando ésta apenas comenzaba, y decidieron efectuar su aporte en el área infantil. Mientras, Hans era un gran colaborador de la Sociedad de Amigos del Museo de Bellas Artes y mantenía gran amistad con personas como Miguel Arroyo, quien fue director del MBA».

En un escrito publicado en el boletín Reseñas producido en mayo de 1989 para festejar el trigésimo aniversario de la fundación, el propio Hans Neumann describe cuál fue el origen de esta iniciativa filantrópica: «Hace treinta años Venezuela descubría cómo vivir en la nueva democracia. La crisis económica de aquellos tiempos requería repensar en las prioridades nacionales e individuales. Los fundadores de la FN, Lotar y yo, y nuestras respectivas familias, teníamos en mente, quizás sin formularlas en palabras precisas, estas metas. Se necesitaba ayuda en la tarea de modernizar el país y adecuarlo a los retos del futuro. Los proyectos eran novedosos para aquella época».

El principal proyecto de la Fundación Lotar Neumann fue el Centro infantil Altamira, un preescolar para niños con escasos recursos económicos. En cambio, el Fondo Hans Neumann se concentró en la cultura: Adquirió obras que enriquecieron la colección de arte contemporáneo venezolano del Museo de Bellas Artes, patrocinó el primer programa cultural de la televisión nacional, auspició la revista CAL (conducidos ambos por Guillermo Meneses) y creó «el conocido Instituto de Diseño, primero en el país y segundo en toda América Latina», escribió el propio Hans Neumann.Sobre este punto señala Aleida Quero:» En América del Sur sólo existía un instituto de diseño, en Brasil, y el centro de desarrollo Torcuato di Tella en Argentina. Entonces era muy importante la iniciativa de aquí, porque para aquel entonces Venezuela tenía una industria en crecimiento y hacía falta el diseño (…). Esta era parte de la información que yo le daba a los interesados para que se inscribieran».

Parte 2: https://simbold.com/2017/05/en-caracas-se-crea-un-instituto-de.html

Publicado originalmente el 30 de abril de 2017.
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