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Eduardo Chumaceiro: calidad en el diseño editorial para la cultura

Por más de 25 años ha diseñado los libros de la Fundación Empresas Polar, entidad que le ha otorgado la libertad creativa para crecer como profesional.
Por Elina Pérez Urbaneja

Eduardo Chumaceiro es de Maracaibo y debió viajar a Caracas para estudiar lo que quería: diseño gráfico en el Instituto de Diseño Neumann. Su primer año lo cursó en la quinta de la Alta Florida, pero al poco tiempo la escuela se mudó para los galpones de las empresas Corimon en Los Cortijos. Las incomodidades de las instalaciones unidas a la renuncias de varios profesores comenzaron a incomodar a la comunidad estudiantil.

Siguieron las protestas y finalmente, en 1989, sobrevino la ruptura de la que nació Prodiseño. El joven Chumaceiro formó parte del grupo fundacional de Prodiseño: «fui el primero que pagó la inscripción. Mi factura fue la 001», recuerda como anécdota curiosa. De hecho, se graduó en el 92, formando parte de la tercera promoción.

Su primer trabajo como diseñador fue en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Imber (MACCSI), junto a Teresa Mulet y Michele Guevara, bajo la dirección de Ibrahim Nebreda. Posteriormente pasó al Museo Alejandro Otero (MAO), hasta que en 1993 fue a la entrevista con Graciela Pantin en la Fundación Empresas Polar.

Chumaceiro recuerda que tuvo diferencias de criterio con su entrevistadora. Se enteró que era la Gerente General cuando al salir de la oficina vió el rótulo pegado a la puerta; «Pensé que no me iban a llamar, pero me sorprendió cuando Pantin se comunicó y me anunció ‘tú y yo nos vamos a llevar bien'».

Se estrenó con el libro Muestrario de voces y frases expresivas del habla venezolanas, del profesor Alexis Márquez. A la fecha, ha realizado más de 100 publicaciones para la Fundación Empresas Polar, la cual le ha proporcionado cien por ciento de libertad creativa y en los buenos tiempos (hasta la primera década del siglo XXI), recursos para  materiales y tomar otras decisiones de producción gráfica, justo lo contrario al hacer lo que se puede con «lo que hay» que se ha impuesto en la actualidad por la desafortunada crisis en el país. No obstante, me consta que el trabajo de Eduardo Chumaceiro continúa siendo propositivo y formalmente impecable.

Otro frente: la museografía

Conforme iban pasando los años, la relación de la Eduardo Chumaceiro con la Fundación Empresas Polar se fue consolidando. Afirma que en los años noventa producían hasta 40 libros anuales.

El voto de confianza continuó cuando le encomendaron crear la identidad de la casa Alejo Zuloaga en San Joaquín. «La imagen corporativa no es lo que más he desarrollado, sin embargo, mi propuesta fue muy bien acogida por la fundación y por los lugareños. Convertí en icono las ventanas de la casa, que a la vez tiene un sentido de apertura», cuenta y señala que la idea no se entendió de inmediato, pero al tiempo, el gobierno local también asumió como identificador la imagen de la ventana, lo cual tomó como indicador de éxito. Chumaceiro se encargó de crear los catálogos de las exposiciones y también se abrió paso hacia el campo de la museografía.

Catálogo reseñado en Graphis.
Reconocimientos

El diseñador editorial ha recibido varios premios CENAL. Comenta que diseñó un libro sobre los billetes venezolanos que recibió un premio en Escocia. Por otro lado, el catálogo Cestería indígena contemporánea de Venezuela fue reseñado en la totémica revista Graphis Design en 1998.

Entre los trabajos curiosos, resalta el catálogo y el montaje de la exposición El visionario legado de un invidente. Mevorah Florentín,  sobre este personaje que introdujo el sistema Braille en Venezuela.

Esta exhibición fue un reto para Chumaceiro, porque «estaba acostumbrado a trabajar con tipografía y para esa oportunidad debía emplear un sistema de escritura diferente,  a la vez que debía lograr que los invidentes sintieran la exposición».

Consideraciones editoriales

Eduardo Chumaceiro asevera que «un libro tipográfico lleva más trabajo que uno con imágenes», debido a que hay múltiples elementos a considerar como el kerning, los espacios interpalabras, los márgenes y la visualidad en general.

Si bien en la pantalla se resuelven muchos detalles, considera que siempre se deben imprimir pruebas para que el ojo entrenado constate que todos esos elementos estén en equilibrio.

En su caso, considera que recibió una excelente formación en el campo tipográfico que le permitió trabajar con seguridad el diseño editorial. Entre sus maestros estuvieron Luis Giraldo, Carlos Rodríguez y Aixa Díaz, quienes forjaron en él el correcto manejo de la mancha tipográfica.

Para los jóvenes en formación, enuncia los siguientes consejos:

  • Siempre dar la vuelta al proyecto: «ver la página por detrás, ver el otro lado».
  • Hay que ubicarse en cada proyecto.
  • Ser creativo, proponer. Dejar saber al cliente que uno como profesional va a ofrecer lo mejor.
  • Recordar que «transmitimos contenidos y educamos visualmente».

Mi libro favorito

En el 2000 la Fundación Empresas Polar editó el título Inicios de modernidad, que revisé varias veces en bibliotecas ajenas, como la del Museo Carlos Cruz-Diez mientras investigaba para la Megaexposición I.

Es un libro que siempre me interesó porque aborda el tema marcario. Su diagramación es limpia y posee una cantidad apreciable de reproducciones de marcas a todo color de finales del siglo XIX y principios del XX.

Esta publicación se agotó y no se pudo reimprimir. Indica su diseñador, Eduardo Chumaceiro, que el problema es que los archivos digitales originales desafortunadamente, se perdieron. «Las marcas se digitalizaron directamente del registro de las compañías, fue un trabajo arduo y delicado que tomó mucho tiempo».

Sin embargo, hay noticias positivas, porque Inicios de modernidad se está preparando como un documento digital para la consulta en la web a partir del 8 de febrero del 2018. Una alternativa exenta de la sensualidad de la tinta impresa sobre el papel, pero que al menos ofrecerá este interesante contenido a los interesados en el tema.

Instagram y Facebook: @graphic.bureau

Publicado originalmente el 24 de enero de 2018.


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